Agentes de Policía Nacional han detenido en Algeciras a ocho personas como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal. Los detenidos son miembros de una organización dedicada a la venta al por menor de cocaína y heroína en el barrio de La Bajadilla. La operación contra el menudeo de drogas ha finalizado con el desmantelamiento de cuatro puntos de venta.
La investigación se inició meses atrás cuando la brigada de policía judicial tuvo conocimiento de un punto negro de sustancias estupefacientes (heroína, cocaína base y rebujito). Los investigadores detectaron en el innumerable trasiego de toxicómanos que se desplazaban a cualquier hora del día para comprar la dosis de sustancia estupefaciente. También se buscaron los puntos de venta, detectando hasta cuatro puntos de venta de droga en el mismo barrio.
Tras un arduo trabajo, dada la dificultad y hostilidad de la zona, los investigadores pudieron concretar que se trataba de un verdadero grupo criminal dedicado al tráfico de drogas, perfectamente estructurado y con unos roles bien delimitados y definidos.
Un grupo bien organizado
Esta organización contaba con un jefe y dueño de los puntos de venta quien los dirigía, supervisaba y en ocasiones él mismo se ponía al frente realizando las transacciones. Disponía de varios vendedores, los cuales regentaban los puntos de venta de estupefacientes y realizaban las transacción de droga por dinero. Se encargaban también de preparar las dosis de sustancias estupefacientes al consumidor final. También contaban con los conocidos como aguadores, esto es, personas distribuidas por las calles aledañas para avisar de la presencia policial a la vez que captaban y guiaban a los posibles compradores hasta los puntos de venta.
Este grupo delictivo estaba especializado en el “menudeo”. Operaba con numerosas medidas de seguridad. El grupo criminal contaba con diversas casas en las que vender y preparar la droga, vendiendo incluso a veces en la propia calle. Incluso a través del método “telecoca”, desplazándose hasta el lugar donde se encontraba el comprador, generando una gran inseguridad y miedo entre los propios vecinos del barrio.
Puntos de venta y narcosala
Normalmente, conforme se aproximaban los compradores a la calle, uno de los aguadores lo recibía y lo guiaba hasta la casa o persona encargada de las ventas. Una vez que recibía el dinero ordenaba preparar la dosis correspondiente . La transacción se hacía en la propia calle o en uno de los puntos de venta. Incluso contaban con un domicilio a modo de “narcosala” para el consumo de la propia sustancia estupefaciente.
Otra de las fuertes medidas de seguridad de este grupo criminal, es contar con puerta acorazadas de hierro y reforzadas con “vigas de obra” en su interior. Además de varias cerraduras de seguridad, creando así un verdadero búnker.
Finalmente, en un operativo formado por unos 50 agentes de policía nacional, se realizaron cuatro registros domiciliario y ocho detenciones. Se hallaron balanzas de precisión, útiles de preparación de la droga, 900 euros fraccionados, un arma blanca, un arma simulada y dosis listas para la venta de cocaína y heroína.
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