Fútbol control el del Cádiz desde el inicio en un partido trabado, con muchas interrupciones y donde Rubén Sobrino fue el primer protagonista con un disparo que detuvo Aitor Fernández tras un remate al aire de Chris Ramos que lo tenía todo para marcar. Para los de Arrasate, con algunas rotaciones, sobre todo en el centro del campo, se empezó a torcer con la lesión de Chimmy Ávila que tuvo que dejar paso a Budimir cuando ya aparecía en las alineaciones oficiales.
Osasuna mostraba su misma intensidad pero era el Cádiz quien intentaba poner sobre el tapete el estilo y el pundonor del que se está jugando la permanencia. De ahí llegaban los robos y las jugadas de cierto peligro que no terminaban de inquietar a los rojillos. El fútbol control se seguía imponiendo con el paso de los minutos pero eran los amarillos los que de verdad creaban peligro. Falló Roger Martí que lo hizo todo bien pero su disparo desde la frontal se marchó desviado. Era muy clara.
Y esa ocasión llegó minutos después de que Víctor Chust se fuera lesionado. El problema en la zona central de la defensa se multiplica en una semana y en un momento clave de la temporada. Momo sustituyó al valenciano y la pareja de centrales para Valencia es una incógnita a día de hoy con un Luis Hernández también a una tarjeta de la sanción por acumulación de amarillas. Lo de Momo no deja de ser una incógnita porque está claro que tiene cualidades superlativas pero a veces peca de un exceso de confianza que no le ayuda en nada a su labor defensiva.
Ocasiones desperdiciadas en los dos lados
Pero si Osasuna es finalista de Copa y está donde está no es por casualidad. La lesión de Chust y la ocasión de Roger fue el punto de partida para que el control se marchase hacia la zona rojilla que tuvo dos cabezos muy fáciles, uno salvado por Ledesma y el otro fuera de la portería del argentino. Los rojillos comenzaron a entender que el partido iba a abrirse de alguna forma y no parecían estar descontentos con esa opción.
La primera parte se diluyó en el control cadista y en las intentonas rojillas que, incluso, llegaron a ser más peligrosas en el tramo final de una primera mitad intensa, con muchas cosas pero con un Cádiz valiente y competitivo, como siempre, al que le faltó la paciencia que sí tuvo Osasuna y el acierto de otras tantas ocasiones. Chris Ramos despidió el primer capítulo del partido con un remate de volea a saque de esquina que tocó en la cabeza de un compañero que fue el mejor despeje posible para un Aitor que veía el primero.
La lucha no se negocia
Lo sabe el Cádiz y lo sabe su afición que volvió a responder y a comprobar que el equipo no se rinde aunque le sigue faltando ese punto de pizca de suerte en el tramo final del campo. Si en esta ocasión Del Cerro Grande no tuvo que pedir perdón por nada como el tremebundo gol concedido al Elche, bien es cierto que al equipo de Sergio le faltó la fortuna en el último disparo, también el último pase.
Todo apuntaba en la segunda mitad a un éxito amarillo. Al menos se estaban poniendo todas las piedras para que esos sucediese con una presión alta y unas llegadas continuas en los primeros minutos. Sin embargo fue Ledesma quien tuvo que aparecer, otra vez, para salvar el primero de los rojillos en una estirada espectacular que terminó con el argentino malherido tras un costalazo con los hierros de la portería. Sus gestos de dolor se sumaban a las lágrimas de Roger en el banquillo, consciente de que puede haberse perdido la temporada si su rotura muscular es grave como pinta.
El jarro de agua fría en forma de golazo
El partido entró en una nueva fase, esta vez, de descontrol, con el Cádiz atacando pero fallando como siempre -o casi- en los últimos metros; se durmió Sergi Guardiola con un balón controlado dentro del área tras un despeje orientado de un Ledesma valiente fuera del área.
Dos minutos después llegó el drama cadista con Del Cerro Grande y el VAR como protagonista. En esta ocasión el gol, golazo, de Rubén García, subió al marcador y no hubo milagro de la Sala VOR. No parecía que hubiera nada que pudiese anularlo pero al menos se mantuvo la tensión. El tanto lanzó a los locales en busca del tanto pero seguían con las mismas complicaciones en los últimos metros que en los minutos previos.
El corazón estaba, la cabeza no y el nerviosismo y la precipitación eran una constante. En ningún momento el Cádiz inquietó a Aitor en los últimos veinte minutos de partido y el nerviosismo parecía estar presente en la grada y en un equipo que quizás no mereció perder pero que no pudo ver a su equipo, al menos puntuar. Y eso que a Abde le duró el partido un minuto, el tiempo que tardó en entrar y golpear a Iza: Roja directa. Pero ni con diez pudo el Cádiz acercarse al empate. Es más, Ledesma salvó el segundo en el 94 de partido.
Está claro que el sufrimiento amarillo va a se hasta el final pero lo que hace unos días parecía ser un resultado súper bueno (el empate ante el Espanyol), ahora esta derrota te deja con la cara partía y la obligación, sí o sí, de ganar al Valencia el domingo para no caer en descenso en el momento más complicado de la temporada. Ledesma evitó una victoria mayor y el equipo mostró una preocupante falta de acierto con excesiva precipitación en un partido que no ha sido, de largo, el mejor del Cádiz.
Ficha técnica:
Cádiz CF: Ledesma, Espino, Chust (Momo 27′), Luis Hernández, Iza, Bongonda (Negredo 67′), Alcaraz, San Emeterio (Álex 67′), Sobrino (Alejo 67′); Chris Ramos, Roger Martí. (Sergi Guardiola 48′)
CA Osasuna: Aitor, Vidal, Unai García (Aridane 82′), Juan Cruz, Manu Sánchez; Rubén García (Abde 82′), Iker Muñoz, Ibánez (Moncayola 65′), Benito (D. García 74′), Budimir, Moi Gómez.
Árbitro: Del Cerro Grande (comité madrileño) que expulsó a Abde y amonestó a Manu Sánchez.
Goles: 0-1 Rubén García (64′)
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