En el fútbol no hay una regla escrita ni hay una seguridad plena de objetivo cumplido hasta que los puntos están realmente “en el saco”. Dicho esto, siempre se suele hablar de “virtualidad” cuando el objetivo está cerca de cumplirse viendo el futuro inmediato que espera en el camino. Y tras la victoria ante el Valencia CF se podría hablar de que los números dan la razón a un Cádiz que tiene virtualmente la salvación en la mano y que solo una debacle (como las cinco derrotas en los cinco primeros partidos de Liga) evitaría.
Porque quedan seis encuentros y al Cádiz le valdría con ganar dos para sobrepasar la barrera de los 41 puntos. Y dos, ahí viene el problema, son los dos únicos partidos que le quedan por disputar ante su afición con cuatro salidas complicadas, a priori. Pero llegados a este punto, es más que evidente que jugar en casa o fuera debe dar igual porque si algo ha caracterizado al equipo de Sergio es precisamente la capacidad de adaptarse al entorno de una manea efectiva.
Reacción tres días después del varapalo ante Osasuna
Muchos echarán de menos los puntos ante Osasuna pero otros tantos aplauden la capacidad de sufrimiento de un Cádiz que fue lo que tuvo que ser ante un rival directo como el Valencia.
La primera salida es este miércoles ante el Atlético de Madrid, otra bestia negra cadista en los últimos años y al único de los equipos “grandes” que no ha conseguido igualar ni tan siquiera en el regreso a Primera hace tres temporadas. Puede que aquí hasta los propios jugadores estén dando por hecho que el cero es una realidad (solo hay que ver el 2-5 que le endosó al Real Valladolid este domingo) y que el partido marcado en rojo debe ser el de Mallorca ante los de Aguirre, salvados casi matemáticamente y con cuarenta puntos ya en su haber.
Lo que le queda al Cádiz esta Liga
Son dos salidas fuera, como dos consecutivos han tenido en casa. Y la próxima vez que el Nuevo Mirandilla reciba a su equipo lo hará frente al Valladolid en un duelo que podría dar la salvación matemática a cualquiera de los dos, ambos con 35 puntos.
Llegados al sprint final, tras Atlético, Mallorca y Valladolid, si el equipo aún no ha logrado la salvación y ha puntuado en alguno de los tres llegará al tramo final de seis partidos casi en descenso o metido en el mismo, seguramente. Esto es jugar a crear hipótesis pero es una realidad que los equipos de abajo suelen sumar más puntos cuando la soga aprieta y de equipos como el Getafe y con la llegada de Bordalás habría que esperar algo así, por ejemplo.
Partido en Villarreal, recibimiento al Celta de Vigo en la penúltima y visita al Elche en la última jornada sería el resto de calendario que le resta al Cádiz CF que se ha planteado seriamente no tener que viajar a tierras ilicitanas con su futuro en el aire como lo hiciera el año pasado ante el Alavés. Poder, por sensaciones y juego, puede. Y si recupera efectivos para la causa como es Gonzalo Escalante, mucho más.
La salvación es una realidad virtual muy posible pero hay que cerrarla justo cuando hay que hacerlo y de la manera que hay que hacerlo. Se decía que hay equipos que no están acostumbrados a estar en la zona baja y pelear por la salvación como el Valencia y, con suerte o no (ya era hora) el Cádiz demostró que es capaz de levantarse tres días después de un varapalo como el de Osasuna y poner tierra de por medio, otra vez, con la zona de descenso.
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