El Desafío Doñana, triatlón organizado por la Empresa Pública para la Gestión del Turismo y el Deporte de Andalucía, de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), modifica este año las distancias en algunos de los segmentos de la prueba, lo que es una de las novedades frente a las últimas ediciones.
La prueba, que cuenta con el apoyo técnico de la Federación Andaluza de Triatlón, amplía la distancia en el segmento de ciclismo, de 80 a 97 km, además de comenzar en sentido contrario a anteriores ediciones. Igualmente, en la carrera a pie, también hay modificaciones, pasando de 20 a 21 km. la distancia a recorrer. Por su parte, la natación, que se desarrollará como es habitual, en la desembocadura del Guadalquivir, mantiene su distancia: 1,4 km.
El Desafío Doñana es uno de los eventos deportivos de resistencia más duros de los que se celebran en Andalucía. Es un triatlón que presenta varias singularidades, la primera el diferente orden y distancia de las disciplinas; y la segunda, que es la más llamativa y la que hace a la prueba tan especial, el discurrir por el Parque Nacional de Doñana.
La prueba comenzará en la Avenida de Bajo de Guía de Sanlúcar de Barrameda. Durante la salida neutralizada, el pelotón ciclista rodará a lo largo de varios kilómetros por la localidad que acoge la desembocadura del Guadalquivir. Desde este punto se dará la salida oficial de la carrera en la que se completarán 97 km en bicicleta.
Históricamente, la prueba ha salido dirección Este, sentido Trebujena, este año se ha dado un cambio y el recorrido ciclista comenzará en sentido contrario, hacia la localidad de Chipiona. Desde Sanlúcar los triatletas rodarán hasta Costa Ballena, para proseguir dirección Rota y luego tomar la A-2078 dirección Puerto 3, cruzando la autovía Jerez-Sanlúcar por Las Tablas. Hasta aquí todo es buen asfalto y totalmente llano, carreteras en las que es una gozada rodar en pelotones grandes, y en el que se va a mucha velocidad.
Un recorrido muy exigente
El desgaste en esta parte vendrá influenciado por la climatología, así como la propia competitividad de los participantes, que pueden endurecer la prueba. Competir en Cádiz es significado de competir con “viento asegurado”, este factor será determinante también en este tramo para endurecer aún más la prueba y romper con abanicos la hegemonía del grupo.
A partir de Las Tablas las carreteras se vuelven sinuosas y estrechas y con asfalto más arrugado, hasta llegar a la A-2000 (Jerez-Trebujena), donde la carretera ondulada ya comenzará a hacer sufrir más a los ciclistas.
Tras subir a Mesas de Asta se proseguirá hasta Trebujena, con el circuito de las viñas en sentido inverso al año pasado, sinuoso y con rampas que a partir del km 70 van a pesar en las piernas; se descenderá el Calvario a mucha velocidad para adentrarse en esta localidad y ya dirigirse dirección Sanlúcar.
No es un recorrido para ciclistas en solitario, pero el ataque constante y con estos repechos, la lucha por formar escaramuzas que rompan la carrera en el tramo final está asegurada.
Lucha contra las corrientes
Una vez terminado el segmento de bicicleta, los triatletas nadarán 1,4 kilómetros, atravesando el Guadalquivir hasta la Punta de Malandar, ya en el Parque Nacional de Doñana, uniendo así la prueba deportiva a las provincias de Cádiz y Huelva, uno de los principales motivos del origen del Desafío Doñana.
La desembocadura del Guadalquivir presenta una curiosa mezcla de mareas de agua dulce y salada, que lo hacen muy característico y espectacular para la práctica deportiva, y que dificultan, sobremanera, el atravesar a nado el río.
A pesar de que la poca distancia hace parecer este segmento como el más asequible de la prueba, puede resultar el más complicado dependiendo de las mareas. No obstante, si bien en algunas ediciones, el segmento de natación se ha realizado como en una piscina, en otros casos, las corrientes del Guadalquivir han jugado malas pasadas.
El recorrido de natación estará marcado por varias boyas. Éstas servirán de referencia visual al deportista para llegar a la T2. No será necesario terminar el segmento de natación en la última boya, se podrá llegar más abajo, pero los triatletas no podrán salir a la derecha de la boya para no acortar recorrido; hay que entrar en la segunda transición por el punto de control.
La temperatura media del agua en verano se sitúa entre los 19,5 y 22 grados, pero al disputarse la prueba este año el 21 de octubre, más tarde en el calendario, esto podría variar. Aun así, siguiendo la reglamentación de la prueba, el traje de neopreno será opcional.
Carrera a pie
Sin duda, la verdadera singularidad del Desafío Doñana es su tercer segmento, la carrera a pie, que discurre íntegramente por la playa virgen del Parque Nacional Doñana, la mayor reserva ecológica de Europa y Patrimonio de la Humanidad desde 1994, y de donde deriva el nombre de la prueba.
Supone, sin duda, la parte más dura de la prueba. Los triatletas se enfrentan a una línea recta de playa de 10,5 kilómetros, sin ningún tipo de edificación o elemento urbano, sólo dunas de arena y vegetación, por un lado, y la inmensidad del océano por otro. Es por tanto fundamental la resistencia mental además de la física, teniendo en cuenta que hay que hacer el mismo recorrido de vuelta para completar los 21 kilómetros de este segmento, sector final de esta prueba única en el mundo por su fisonomía y espacio por donde se desarrolla.
La meta está localizada en la misma playa de Punta de Malandar, donde se ofrece a los deportistas un primer avituallamiento de recuperación y de allí se desplazarán de nuevo a Sanlúcar de Barrameda, donde estará ubicada la zona de duchas y vestuarios.
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