Un equipo de investigación de la Universidad de Granada (UGR) está inmerso en el desarrollo de una Inteligencia Artificial (AI) capaz de pronosticar de forma inmediata la patogenicidad y la gravedad con la que evolucionará el Covid-19 en cada paciente nuevo afectado.
Con esto se pretende afinar en el tratamiento más adecuado en función de la información que se disponga del enfermo. La herramienta está muy avanzada y la previsión es que pueda estar finalizada para su uso en la segunda mitad de este año.
La Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades apoya este proyecto de investigación a través de su convocatoria de ayudas de I+D+i dotada con tres millones de euros. Está dirigida a fomentar avances científicos contra la pandemia impulsados por centros y entidades públicos de investigación.
Esta plataforma, con la ayuda de tecnología machine learning o aprendizaje automático, permitirá gestionar y procesar volúmenes ingentes de datos. El objetivo es detectar segundos patrones y utilizarlos para predecir resultados futuros y extraer conclusiones valiosas con las que poder salvar vidas humanas.
El proyecto está impulsado por el catedrático del Departamento de Arquitectura y Tecnología de Computadores y director del Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Ignacio Rojas. Es el investigador principal. Junto a él, trabaja un equipo multidisciplinar de doce investigadores especialistas en Ciencias Computacionales, Matemáticas, Biología, Biomedicina o Bioquímica.
Genética y datos de pacientes infectados
Estos investigadores llevan meses alimentando el sistema con tres fuentes de información disponibles en bases de datos de uso público para la comunidad científica. Por un lado, con imágenes médicas, que hacen referencia básicamente a radiografías de pulmones de pacientes diagnosticados con Covid19. Por otro, con información genética derivada de la secuenciación de los genomas de enfermos que están realizando muchos hospitales del mundo.
La secuenciación permite conocer y descifrar el código genético que tienen todos los seres vivos. Se trata de ‘leer’ ese código para poder analizar o identificar qué genes intervienen o qué marcadores pueden alterarse. La tercera fuente es de carácter proteómico, con la que se mide la producción de proteínas en el organismo infectado.
Este equipo ha recurrido a datos procedentes de hospitales de EEUU, Francia, China o Alemania para llevar a cabo las investigaciones. “Se trata de un banco ingente de datos, teniendo en cuenta que cada persona tiene más de 25.000 genes y ya se cuentan por miles los pacientes secuenciados”, ha aclarado Rojas.
Con toda esa información integrada, la plataforma inteligente puede “identificar diferencias y similitudes entre todos los historiales registrados para, a partir de ahí, generar patrones que confrontará con la información que le llega de un paciente nuevo. El objetivo es crear un soporte que ayude de forma ágil y precisa en la toma de decisiones médicas“, concluye Rojas.
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