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Los hosteleros jerezanos, entre el optimismo y el miedo

FOTO: Photographers Media

Dos semanas después y tras cinco días de bajadas de la tasa de contagios, Jerez ha abierto la actividad no esencial. Uno de los sectores más damnificados por la pandemia es el de la hostelería que ha reabierto su atención al público en medio, todavía, de una espiral de aumento de contagios en Andalucía.

Muchos hosteleros han salido a la calle en señal de protesta, como por ejemplo en el País Vasco. Consideran que es injusto acusar siempre y culpar al sector del aumento de contagios. Tanto es así que el conflicto ha pasado ahora a los juzgados. El auto de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) da la razón a las asociaciones de hostelería y considera que el reinicio de la actividad “no es un elemento de riesgo cierto y grave para la salud pública”. Eso sí, con las restricciones ya utilizadas antes de Navidades.

Un problema que trasciende ahora a los jueces que se ven obligados a decidir si unas medidas son o no legales y justas. Con todo este panorama, son también muchos hosteleros los que temen que esta reapertura perjudique a la Semana Santa.

La Gaceta ha hablado con un hostelero de Jerez, Francisco Torres de Cafetería La Guinda quien considera que quizá ha sido precipitado abrir incluso después de catorce días. “La verdad es que yo pienso que ha sido precipitado abrir ahora y yo habría aguantado un poco más. El índice sigue muy alto y podríamos haber aguantado para salvar la Semana Santa”. Sin embargo, Francisco se suma a las protestas y defiende al sector con uñas y dientes: “No, la hostelería, puede ser como cualquier gran superficie, por esa regla de tres tenían que haber cerrado todos los negocios. No somos los culpables del aumento de los contagios”.

Otra cosa que tiene claro es que hay que aprovechar la apertura de nuevo. “Los reyes magos que han venido tarde. Hemos empezado poco porque el día no acompaña pero están llegando los clientes habituales. Nosotros somos del centro y la gente que tenemos son de oficinas, sanidad, etc”. Una cafetería del centro de Jerez que echa a andar a pesar de los malos tiempos que pasan.

Se estiman pérdidas cuantiosas y millonarias en la hostelería. Francisco reconoce que ” estamos abandonados de la mano de dios, nos cierran, el agua corre, el alquiler corre, la luz también y también los impuestos porque las empresas estamos asfixiadas, las restricciones que si se cierra a las seis o a las ocho y es un dilema poder mantener el negocio así”, reconoce.

Pero no duda en culpar al ciudadano de a pie: “Me siento perjudicado económica y laboralmente pero la gente tendría que respetar más y entender que cumpliendo las normas no hay que cerrar los negocios”.

La Guinda, Francisco Torres

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