Un estudio ha recopilado y sistematizado por vez primera todos los mapas de la cartografía médica existente relacionados con las distintas epidemias que históricamente han azotado a Andalucía –desde la peste al Covid-19, pasando por la fiebre amarilla, el cólera, la gripe española o el VIH–, en combinación con una visión contextualizada de su testimonio e incidencia en las distintas provincias y ciudades en el transcurso del tiempo.
La Fundación Centro de Estudios Andaluces (CENTRA), en colaboración con el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), acaba de presentar ‘Andalucía y la cartografía histórica de las pandemias’, con las firmas del historiador Fernando Olmedo Granados y del médico epidemiólogo Francisco Javier García León.
La primera pandemia
La primera pandemia comprobada de la Historia, la llamada peste de Justiniano, se produjo en el siglo VI d. C. Su propagación se dio desde regiones de Asia, hacia el este, sur y oeste hasta alcanzar el occidente europeo. Hubo varios brotes, hasta que su incidencia se desvaneció a inicios del siglo VIII.
El siguiente embate de la peste del que tenemos constancia se produjo en las primeras décadas del siglo XIV. Procedente del interior de Asia, tras azotar Oriente Próximo, asoló Europa en la que se ha venido a llamar la gran “peste negra”. Con entre 20 y 40 millones de muertos, fue entonces cuando surgieron por vez primera representaciones de la plaga en forma de miniaturas, dibujos, pinturas y estampas, muchas de ellas de naturaleza alegórica.
Primeras cartografías
No fue hasta mediados del siglo XVI cuando aparecieron los primeros mapas o croquis del embate de las epidemias, representando territorios y ciudades en los que se resaltaban las circunstancias geográficas de un lugar en relación con las condiciones de vida de sus habitantes y el azote de la enfermedad. Nació entonces la primera cartografía relacionada con las epidemias, si bien hay que destacar que estos mapas fueron escasos y que tuvieron una cobertura geográfica muy localizada.
A partir de entonces, se desarrolló una cartografía médica de indudable utilidad para los poderes gubernativos y los representantes científicos a la hora de abordar las epidemias cuyo desarrollo puede seguirse hasta la actualidad.
Conscientes de que la cartografía médica en la Edad Moderna y los siglos XIX y principios del XX es parcial y no abarca todo el territorio andaluz, los autores de este trabajo, además de proporcionar una panorámica de los progresos de la cartografía en relación con las pandemias hasta día de hoy, realizan un interesante ejercicio de modelización cartográfica haciendo uso de los datos disponibles para acercarnos a la incidencia en diversas provincias y urbes andaluzas, en las distintas épocas históricas.
Covid – 19
Esta trayectoria de los avances por los sistemas de información con inclusión de la cartografía culmina en nuestros días con la pandemia de Covid-19, en unos momentos en que el mapa, el plano, la imagen cartográfica, se ha transformado en una herramienta de utilidad y vehículo de comunicación indispensable y habitual en todos los órdenes, desde el especializado al de uso diario, por su capacidad para transmitir de manera directa, visual, incluso en tiempo real, datos, información, cautelas, indicaciones y otras muchas de las múltiples facetas que concurren en una pandemia.
Fernando Olmedo, historiador y coautor del estudio
Precisamente el historiador y coautor del estudio, Fernando Olmedo, explica que uno de los principales intereses de la cartografía histórica en este proyecto es “poder utilizar la tecnología actual para obtener información estadística, muy valiosa, relativa a epidemias en territorio andaluz, a partir de las evidencias y testimonios de cada época”. En sus páginas, “se aborda la evolución del singular género cartográfico y la significación de sus distintas vertientes al compás de las pandemias que han irrumpido en la historia, con una referencia constante, en cada uno de sus estadios, al contexto internacional, al marco español y al ámbito de la región andaluza”.
En la presentación de este estudio, que tuvo lugar en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, antaño hospital de apestados y en la actualidad sede del Parlamento andaluz, participaron junto a sus autores la presidenta de la Cámara autonómica, Marta Bosquet; el director de la Fundación CENTRA, Tristán Pertíñez Blasco; la directora del IECA, Elena Manzanera; y la técnica de este organismo, Lucía Fernández, colaboradora en este trabajo.
En palabras de Marta Bosquet, “conocer cómo nuestros antepasados vivieron y sufrieron las pandemias es siempre un ejercicio pedagógico que merece la pena comprender“. La presidenta del Parlamento ha resaltado que sea esta sede el lugar donde se haya presentado este estudio, puesto que “esta casa atesora mucha historia, ya que entre sus muros se ha vivido y vive parte de la historia de Andalucía y su fachada es referente en grabados y dibujos”.
Fundación CENTRA
En este sentido, el director de la Fundación CENTRA ha subrayado que la elección de la sede parlamentaria andaluza para la presentación del estudio no es casual y supone “toda una invitación a reflexionar sobre el ayer y el hoy“. El antiguo Hospital de las Cinco Llagas u Hospital de la Sangre, fundado en el siglo XVI para asistir a mujeres que padecían males no contagiosos ante la terrible peste de 1649 que mató a 60.000 sevillanos –aproximadamente la mitad de la población de la ciudad–, “fue reconvertido en hospital para los apestados y resultó un hito de su tiempo“.
Como representa el óleo sobre la peste de 1649 que se conserva en el Museo del Pozo Santo de Sevilla y que se reproduce en este estudio, explica Pertíñez, “se muestra un hospital imponente bajo un cielo gris, pero impotente ante el dolor de la muerte por el azote de la epidemia”.
Por último, la directora del IECA, Elena Manzanera, ha subrayado la estrecha colaboración que esta institución viene manteniendo con la Fundación CENTRA, materializada en proyectos como la exposición itinerante ‘Andalucía en la cartografía histórica’. “La producción de geoinformación diferenciada, con desagregación de datos sobre el territorio, es un eje transversal de la actividad del IECA, referencia para el desarrollo políticas y servicios públicos”, ha explicado.
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