Reunidos en Sevilla, sindicatos y patronal pretenden poner fin a una huelga que ya dura 9 días y que sin un acuerdo podría prolongarse aun más. Tratar de buscar una salida, hasta el momento sin éxito, no parece fácil.
IPC y convenio, los grandes problemas
Son dos los grandes frentes que indisponen a ambas partes. Por un lado la revisión del IPC y su consolidación en las tablas salariales y, por otro, la duración del nuevo convenio que se tiene que firmar ya que el anterior expiró el pasado diciembre. Estos son los puntos que han hecho fracasar el posible acuerdo.
Por su parte los sindicatos quieren un convenio a dos años, como mucho, un 2,5% de subida anual (una del 3% más IPC para 2023, junto a una rebaja de cuatro horas de trabajo al año) y que el 80% de la diferencia con el IPC real se incluya en las tablas salariales. Piden un incremento salarial del IPC para este ejercicio, el motivo es que la inflación se ha disparado hasta superar el 5%, con la consiguiente pérdida del poder adquisitivo.
Pero la patronal, la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Cádiz (Femca), no considera un convenio de menos de tres años y sólo en el caso de que durara cuatro, se consolidaría en las tablas salariales parte de la diferencia con el IPC real.
Si al final de 2023, el IPC real de los tres años hubiera sido superior a las subidas planteadas, se abonaría a cada trabajador una paga por la diferencia. De esta forma los trabajadores no perderían poder adquisitivo.
¿Por qué no hay acuerdo?
Los sindicatos no aceptan estos términos ya que aseguran que tres de cada cuatro empleos del sector del metal en la provincia gaditana son eventuales. El contrato indefinido no es el principal en este caso y de esta forma no se podría recuperar nunca el poder adquisitivo como exponen.
Desde la parte sindical también aluden a las cifras generales. La situación de este sector no se puede entender sin recordar que Cádiz es la segunda provincia con más paro de España, por detrás de solo está Huelva, con un 23,16% frente al 14,57% de media del país.
Para los empresarios, estas subidas del 2, 2,5 y 3% anual y la rebaja de cuatro horas de trabajo cada año, supondría la quiebra de industria gaditana. De esta forma Cádiz dejaría de ser competitivo con respecto a otras provincias.
Además un convenio largo puede suponer un seguro de que no se producirá otro conflicto de este tipo dentro de seis meses o un año, cuando haya que negociar de nuevo. Otro de los motivos por los que la patronal ha denegado parte de las peticiones sindicales de la revisión del IPC, es la actual situación por la que atraviesa el sector después de una pandemia que lo ha perjudicado mucho.
Consecuencias de la huelga
Los daños que la huelga puede ocasionar en este sector pueden ser nefastos según advierten desde la patronal. Cuanto más tiempo pase, mayores pueden ser las consecuencias. Las empresas tardarán en compensar según ha afirmado el presidente de Femca.
También hay que sumar el riesgo de que las grandes compañías del sector, las llamadas tractoras, empiecen a rescindir contratos con las auxiliares a causa, precisamente, de la huelga. Además en la mayor parte de los contratos firmados se incluye una cláusula que les permite hacerlo a partir del décimo día de conflicto laboral.
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