En los últimos días y en los siguientes, las altas temperaturas son unas protagonistas peligrosas. Debemos tener especial cuidado para no poner en riesgo nuestra salud. El golpe de calor o insolación puede afectarnos estos días y tenemos que estar atentos a las señales.
Los golpes de calor son trastornos ocasionados por el aumento de la temperatura del cuerpo como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas y humedad o un esfuerzo físico intenso (ejercicios) en altas temperaturas. Entonces el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura y se descompensa.
Los primeros síntomas suelen ser mareo, somnolencia, desorientación, problemas para caminar, temblores o con mayor gravedad, hasta convulsiones.
Desde Salud y Familias se insta a la ciudadanía a extremar estas medidas en el caso de los bebés y menores de 4 años. De hecho, no se recomienda la exposición directa al sol de bebés menores de 6 meses. Cubirse la cabeza, usar ropa ligera y evitar las exposiones prolongadas al sol siempre que sea posible. Si existen problemas respiratorios anteriores o cardiovasulares, no se confíe.
¿Qué podemos hacer?
Otros de los signos de alarma para identificar esta posible deshidratación son la piel seca, la sequedad de la boca, los ojos hundidos y la disminución de la emisión de orina. También una rápida y repentina elevación de la temperatura corporal, fiebre elevada, debilidad, cansancio, fuertes dolores de cabeza, náuseas, piel caliente, roja y seca, sed intensa. Hay un cese de la sudoración, con fatiga, e incluso se pueden detectar vómitos, dificultad respiratoria, taquicardia e inconsciencia.
Desde la Consejería de Salud y Familias se recomienda que, en caso de síntomas de deshidratación, se administre agua o soluciones glucosalinas por la boca siempre que la persona esté consciente. Además de situarlo en un lugar fresco y ventilado y si se presentan vómitos u otros síntomas asociados se aconseja solicitar asistencia sanitaria.
Hay que cuidar la bebida y la comida
Respecto a la bebida y la comida, desde Salud, se recomienda siempre ingerir líquidos lo más posible, incluso sin sed. La mejor bebida es el agua, a temperatura ambiente, no demasiado fría. Los zumos de fruta, la leche, o sopas frías como el gazpacho nos ayudan a estar bien hidratados.
También recomiendan desde consejería evitar el consumo de bebidas alcohólicas, bebidas excitantes como el té o el café. A la hora de comer, hágalo según su costumbre, preferentemente fruta y verdura, fraccionando las comidas a lo largo del día y en cantidades moderadas, y evitando las comidas calientes, pesadas y copiosas.
Y para evitar los trastornos del sueño, es recomendable cenar regularmente y de forma ligera (esperar dos o tres horas antes de meterse a la cama), no consumir alcohol, cafeína ni otros excitantes.
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