Pues se trata de un mundo paralelo y virtual, pero con futuro. Al parecer una nueva forma de coleccionar obras de arte ha llegado. Un fenómeno digital en pleno auge. El mercado que se ha creado de la posibilidad de vender arte digital de manera única. Y es que en el último año, las cifras de venta que han manejado estas ilustraciones estáticas realizadas digitalmente han revolucionado la forma de ver y comprar el arte.
Por ejemplo, ya en marzo de 2021, la obra del artista digital Beeple titulada, “Firts 5000 Days” llegó a alcanzar los 60 millones de euros en la sala de subastas Christie’s. Una locura.
Y la pregunta más obvia es si será una moda pasajera. De momento no, todo lo contrario. Pues pensemos, porque el primer tweet de la historia se vendió por 2,9 millones de dólares. Ver para creer. Las cifras se disparan pero realmente no podemos colgar la compra de estas obras en nuestro salón, pero tiene valor. Hasta ahora lo digital no se podía autenticar, no tenía valor. La posibilidad hace cada pieza única. Es la verdadera revolución, sin duda. Porque, si lo pensamos bien, el cuadro semidestruido de Banksy fue subastado recientemente por más de 20 millones de dólares y si pensamos en la producción de Marcel Duchamp en su época, tampoco hay desperdicio.
Demostrar su autenticidad
Uno de los principales problemas del arte digital reside en proteger el concepto de autenticidad. Y es que cualquier archivo digital se puede duplicar con facilidad. Y para que una obra de arte sea considerada como tal debe conocerse su propiedad, ser exclusiva y ser auténtica. Pero se asegura su autenticidad bajo la tecnología blockchain, una cadena de bloques cifrados y descentralizados que no dependen del control de un tercero sino del manejo de los propios usuarios.
Aquí aparecen también los Non Fungible Tokens (NFT). Se trata de archivos digitales que llegan a almacenar toda la información de la obra. Objetos únicos o tangibles. Esto es la que la hace obras de arte únicas. A partir de entonces se pueden reproducir pero ya se puede verificar su originalidad. El original siempre estará en manos de quien tenga el certificado digital de la obra.
Andalucía y sus artistas digitales: Javier Arrés
El mundo del arte se digitaliza rápido y a la cabeza está este andaluz. Javier Arrés, granadino de Motril, es uno de los artistas digitales más importantes de España y del mundo. Sus obras se subastan en Internet por muchos miles de euros. Se llama pasar del papel al ordenador con todo el éxito. Y es que lo intangible va por delante. Aunque pareciera lo contrario este arte cala y gusta, y en el caso de Arré las 279 obras vendidas supera el millón de euros. La obra de Javier Arrés por la que se ha pagado más dinero se llama Crypto Combat, y se vendió por más de 32.000 euros.
Es el ganador de la Bienal de Arte de Londres 2019. Los criptoartistas, como Javier, crean sus obras como tokens no fungibles (NFT) para poder ser vendidas y subastadas en blockchain. Las obras digitales podrían duplicarse hasta el infinito y su valor quedar reducido a cero. Pero las cualidades de los NFT lo impiden, demostrando su autenticidad y protegiendo los derechos de autor. Tendremos que ampliar miras.
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