
Cádiz alberga algunos de los enclaves naturales más valiosos del sur de Europa y el cambio climático está empeñado en ponerlos en peligro. Espacios como el Parque Nacional de Doñana, el Parque Natural de la Bahía de Cádiz y el Parque Natural del Estrecho no solo son reservas de biodiversidad, sino también escudos ecológicos ante el cambio climático. Sin embargo, estas tres joyas medioambientales están viendo cómo el aumento de temperaturas, la escasez de agua dulce y el aumento del nivel del mar comprometen su futuro. Con motivo del Día Internacional del Medio Ambiente, vamos a hablar de los devastadores peligros que enfrenta la provincia.
Doñana: el gigante que no escapa del cambio climático y que se seca en la provincia de Cádiz
Aunque el corazón del parque se ubica en Huelva, su vertiente gaditana (Sanlúcar de Barrameda y Trebujena) es vital para el equilibrio de Doñana. La disminución del caudal del Guadalquivir, la sobreexplotación de acuíferos y las sequías más prolongadas están afectando gravemente a sus marismas. La reducción de zonas húmedas ha derivado en una caída alarmante de aves migratorias y especies endémicas. Científicos advierten que podría perder su categoría de Patrimonio de la Humanidad si no se revierte la situación.

Bahía de Cádiz: entre la sal y la resiliencia
El Parque Natural de la Bahía de Cádiz, uno de los espacios más singulares del litoral andaluz, está en la primera línea del impacto marino. El ascenso del nivel del mar está modificando la geomorfología del parque y salinizando lentamente sus suelos, lo que afecta a la vegetación halófila y a la productividad de las salinas tradicionales. La pérdida de biodiversidad acuática y el descenso de aves limícolas también se han hecho evidentes. Sin embargo, la Bahía también es ejemplo de adaptación gracias a proyectos de restauración de marismas y educación ambiental.
El Estrecho, el lugar en la provincia de Cádiz que es una frontera frágil entre dos mundos
El Parque Natural del Estrecho, entre Tarifa y Algeciras, es uno de los corredores migratorios más importantes del planeta. Las corrientes marinas y los vientos están cambiando debido al calentamiento global, afectando tanto a aves como a especies marinas. El mar de Alborán ha visto una disminución de cetáceos, y la llegada de especies invasoras está alterando los ecosistemas. Además, el aumento del tráfico marítimo complica aún más su preservación.
Una llamada a la acción para evitar el cambio climático en Cádiz
Estas tres joyas naturales no solo representan riqueza ecológica, sino también cultural y económica de la provincia de Cádiz, y protegerlas del cambio climático implica inversión pública, regulación efectiva y participación ciudadana. Su supervivencia es también la de una forma de vida arraigada al territorio gaditano.
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