Está claro que el Cádiz CF se quedará con la parte final del partido y no con la pésima primera parte en la que el Athletic pasó por encima de un equipo que pareció estar todavía saboreando la victoria del Camp Nou. Emulando a la novela corta escrita por Robert Louis Stevenson, se vistió de malo en la primera parte y de bueno en la segunda pero su reacción no fue suficiente para darle la vuelta a un 0-3 maquillado pero que supone otra derrota más en casa y deja al equipo aún a un punto por encima del descenso.
El partido fue una declaración de intenciones. Los hermanos Williams, apenas a los 30 segundos ya pusieron a prueba a un acertado Ledesma en su primera intervención. Apenas había dado tiempo ni a sentarse cuando los de Marcelino habían dejado claro que no venían a Cádiz a pasearse ni a poner las cosas fáciles. Y apenas a los tres minutos de juego, otra buena combinación dentro del área permitió a Raúl García poner el primero en el marcador.
La sensación inicial es que solo un equipo había empezado el partido y que el otro todavía estaba en el vestuario, o pensando en el Barcelona. Si las cosas iban a ser difíciles, se pusieron tremendamente complicadas desde el comienzo. La respuesta cadista llegó minutos después con un cabezo de Negredo que se fue desviado. El gol agitó el árbol amarillo que quiso sacudirse la presión inicial y tuvo otro acercamiento que a punto estuvo de ser el empate: Negredo se hizo con un balón dentro del área tras una mala entrega de Unai Simón pero su disparo se marchó desviado; reclamaron un posible penalti los jugadores cadistas pero nadie consideró ni tan siquiera comprobarlo porque, realmente, no hubo nada.
El Athletic una apisonadora
Donde sí hubo penalti -y claro- fue minutos después en un claro agarrón del Pacha Espino a Williams JR que estaba siendo una auténtica pesadilla para el uruguayo. El penalti, parado en primera instancia por Ledesma tuvo una rápida respuesta por Muniain que fue más rápido que toda la defensa cadista, poco activa para llegar al rechazo del argentino.
El partido transcurría por una delgada línea que dejaba al Cádiz al borde del abismo para recibir el tercero debido a la valentía de una presión arriba que era un caramelo para los hermanos Williams. Negredo, en un cabezazo forzado volvió a tener otra ocasión -la más clara quizás- en un buen cabezazo que salvó bien Unai Simón. Pero en ese atrevimiento llegaban los principales errores en una defensa irreconocible, lejos de la seguridad que le ha caracterizado y que volvió a ver cómo un jugador del Athletic superaba a Ledesma, esta vez, con un gol desde fuera del área.
El despropósito era total y el Cádiz se vio sobrepasado, atropellado y era incapaz de encontrar solución a los problemas tácticos que Marcelino había planteado a Sergio González. La situación dejaba al Cádiz totalmente vulnerable ante un equipo muy superior que no dio ninguna opción a los amarillos.
La segunda parte, un nuevo equipo
Y no solo los cambios, que no hubo ninguno, sino que el plan visitante seguía siendo el mismo y el del Cádiz con las mismas complicaciones que en la primera parte. Herido en su orgullo, la segunda parte mostró una mayor ambición cadista que presionaba en la propia frontal bilbaína. Fruto del empuje llegó la ocasión más clara del partido para los de Sergio, un cabezazo dentro del área chica de Rubén Alcaraz que se marchó lamiendo el poste izquierdo. Una lástima.
Al larguero fue el disparo posterior de Williams salvado por Ledesma. Y apenas un minuto después uno de los muchos balones lanzados al corazón del área por Luis Hernández fue rematado por Lucas Pérez que marcaba su tercer tanto de la temporada apenas un minuto después de saltar al terreno de juego en un triple cambio que buscaba agitar aún más a un Cádiz que no dejaba de creer.
Reacción insuficiente
En la creencia está la virtud y en la virtud está la capacidad de construir y de creer. El Cádiz, ayudado por la expulsión de Vesga en el tramo final buscó el empate y estuvo a punto de conseguirlo. Antes llegó el gol de Sobrino, en medio alguna ocasión de Negredo que no tuvo su día y en el final un balón al palo en una banana fabulosa de Fali que hizo creer al Nuevo Mirandilla en el milagro. El Cádiz acabó atacando y con otro casi remate de Sobrino que no se coló porque no era el día para que los héroes fueran vestidos de amarillo.
Sin embargo la derrota debe servir para contemplar la parte final del encuentro, el empuje de los de Sergio González que se diluyeron en la euforia en la primera parte y se pusieron el mono de trabajo en la segunda, como debe ser, aunque fuera tarde ya para el partido pero no para la salvación.
Ficha técnica:
Cádiz CF: Ledesma, Espino, Akapo (José Mari 54′), Luis Hernández, Chust (Fali 54′), San Emeterio (Lucas Pérez 54′), Rubén Alcaraz (Álex Fernández 73′), Idrissi, Alejo, Choco Lozano (Sobrino 69′), Negredo.
Athletic Club: Unai Simón, De Marcos (46′ Petxarroman), Vivian, Íñigo Martínez, Balenziaga, Vesga, Dani García (Vencedor 68′), Williams Jr (Zárraga 67′), Muniain (Berchiche 84′), Raúl García (Yeray 71′), Williams.
Árbitro: Pizarro Gómez (comité madrileño) que amonestó Choco Lozano, Chust, Íñigo Martínez, Vesga (y doble amarilla en el 71′), Vivian,
Goles: 0-1 Raúl García (3′), 0-2 Muniain (22′), 0-3 Vesga (32′).
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