Más allá de las tradiciones de Halloween, nos encontramos con la costumbre de representar el clásico Don Juan Tenorio en numerosos teatros de toda España en la noche del 31 de octubre y en la festividad de Todos los Santos, uno de los doce festivos comunes contemplados en el calendario laboral de 2021.
La fiesta de Todos los Santos tiene su origen a mediados del siglo IX cuando el papa Gregorio IV decidió extender la celebración del 1 de noviembre a toda la Iglesia católica. Este estableció en el año 835 esta cita. Así coincidía con una festividad de los pueblos germánicos. Entonces era la manera de ir acabando con las fiestas paganas marcadas en el calendario.
Y un dato curioso, según los datos de la Asociación Española de Floristas (AEFI) de los últimos años, el 1 de noviembre es el día en el que más flores se venden, cifras que superan incluso hasta a San Valentín. Y algo más flores más típicas para llevar al cementerio durante estos días son los crisantemos, los pensamientos, los claveles y las rosas.
Un día de teatro muy especial
El Día de Todos los Santos también es una fiesta tradicional en el teatro. Se celebra con la representación de la obra “Don Juan Tenorio” de José Zorrilla. La obra más emblemática de José Zorrilla se representa del 31 de octubre al 2 de noviembre de forma tradicional. Y es que en el acto final de esta actuación tiene lugar en la noche de Todos los Santos y la temática de la obra está muy relacionada con la muerte y su significado. Así es común que haya representaciones en algunos cementerios de España donde se recrea por la noche y el propio día uno.
Un mito de nuestra cultura a la altura de El Quijote o La Celestina. Y es que Zorrilla escribió la obra en tan sólo ocho días. Según Luis Gaspar Labarga en su introducción de esta obra (Edimat Libros, S.A., 2007), “Don Juan Tenorio es un ejemplo de romanticismo tardío español que ha penetrado en la conciencia colectiva y cuyo éxito desbancó a El convidado de piedra de los escenarios hasta reducirlo a una obra de escasa representación”.
En un breve resumen de su argumento, encontramos a Don Juan Tenorio, un joven mujeriego, que hace una apuesta con Don Luis Mejía por la cual conseguiría conquistar a la ingenua novicia Inés. Lo que al parecer era un juego de conquistas masculinas, se convierte en una obsesión para Tenorio. Este se enamora perdidamente de la bella Inés y que tendrá consecuencias trágicas.
El fracaso de su estreno
A pesar de su éxito posterior, esta obra no tuvo una buena acogida en su estreno el 28 de marzo de 1844 en el Teatro de la Cruz de Madrid. El elenco estaba formado por Carlos Latorre, Bárbara Lamadrid o Pedro López, pero no bastó.
Este fracaso provocó que Zorrilla vendiera los derechos de su obra por 8.000 reales. Esto fue un error del que se arrepentiría toda su vida. Pero a partir del 1 de noviembre esta obra comenzó a recibir el respaldo unánime de crítica y público.
Un dato curioso
Y es que aunque parezca mentira, este personaje no fue una creación original de Zorrilla. El primer Don Juan Tenorio es un personaje de “El burlador de Sevilla” de Tirso de Molina. Este ya lo utilizó en “Tan largo me lo fiais”.
Autores como Molière o Lord Byron también habían construido su propia interpretación de este peculiar conquistador. Y su popularidad llegó a ser tal que hasta la Real Academia de la Lengua Española ha aceptado el término “donjuán” para referirse a un seductor.
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