El Cádiz no pudo con el entramado defensivo de la UD Las Palmas, tampoco supo cómo generar ocasiones de gol -algo desgraciadamente habitual este año- y no pasó del empate ante el equpo visitante que celebró su permanencia en Primera y mandó a segunda a los de Pellegrino. El Cádiz desciende con las botas puestas y tras una reacción tardía que fue insuficiente por la época en la que se produce. Tocará reconstruir para volver a Primera lo más pronto posible.
Era el todo o nada cadista y la salvación matemática o el sufrimiento perpétuo para el equipo canario y con esos ingredientes el respeto y el miedo futbolístico era más que previsible. Con una afición enfervorizada y consciente de la situación, los de Pellegrino tomaron el mando de un partido en el que el once varió poco con respecto al encuentro en Sevilla. No era tiempo de descanso, ni tampoco de probar nada, sino de poner todo en el campo.
Muchos se acordarán de las oportunidades perdidas a lo largo de la presente temporada, puntos perdidos en casa ante rivales directos como Celta o Mallorca. El partido arrancó con la intensidad de un Cádiz ambicioso, con líneas adelantadas y un conjunto canario timorato y paciente, sin tomar riesgo alguno y sumido en un ambiente donde sólo unos pocos (callados por el resto del estadio) se atrevían a pedir la dimisión del Presidente cadista.
Ocasiones falladas
La UD Las Palmas, descaradamente, perdía tiempo desde el minuto uno, permitido por Soto Grado que amenazaba pero no enseñaba ninguna cartulina merecida y que en otro minuto de partido la hubiese enseñado. El partido empezó en el lugar preferido de la UD Las Palmas, lejos de las áreas, con un ritmo lento y sin que apenas sucedieran cosas lo que impedía al equipo de Pellegrino acercarse a la portería de Vallés.
Fue al 20 de la primera parte cuando un acercamiento de Sobrino acabó en un rechace a córner en una buena jugada individual sin éxito en el chut final. En esas el Cádiz intentaba sin éxito triangular alguna jugada, acercar la pelota a dominios ofensivos sin buenas ideas. Y así fue toda la primera mitad, un quiero y no puedo del conjunto local, obligado a ganar y sobre el que estaban puestas las miradas de otros equipos.
Gol anulado a Javi Hernández por fuera de juego
La incapacidad de generar iba en sintonía en los dos bandos aunque los de García Pimienta fueron los primeros en poner a prueba al portero, en este caso a Ledesma que detuvo un peligroso lanzamiento de Loiodice; un minuto después la respuesta llegó por parte del Cádiz y un buen disparo parado por Vallés y, lo peor, un gol anulado -bien anulado pero muy justito- por fuera de juego de Zaldúa que acabó con tres remates en área pequeña (Sobrino, Chris y Javi Hernández). Y otra más de Sobrino a un minuto del descanso con un remate de Sobrino que se fue fuera; ocasión inmejorable.
La falta de gol ha sido un problema mayúsculo en este Cádiz durante toda la temporada y se puede ver, siempre, en los últimos metros. La situación amarilla es la que es por una auténtica ausencia de gol que no termina de dar al equipo lo que merece en muchos partidos. Y la segunda parte fue un reflejo parecido a la primera mitad y el resto de la temporada.
Una segunda parte con la UD Las Palmas mejor
Los de García Pimienta dieron un paso al frente en la segunda parte, adelantaron líneas y dejaron de darle opciones al Cádiz, incpaz de dar dos pases seguidos en el inicio en un partido que se fue abriendo más de lo que sucedió en la primera mitad. Fue Marvin a los siete quien tuvo la mejor ocasión de su equipo hasta el momento pero el disparo se marchó ajustado al palo.
El Cádiz sufrió en el inicio y fue incapaz de crear una buena ocasión de gol hasta un mal remate de Chris Ramos que envió a las nubes un buen centro de Zaldúa. Está claro que el chico no tiene la fortuna de cara ni el gol de su lado. Y cuando las cosas van mal, siempre pueden ir peor y después de esa ocasión el VAR no vio agarrón sobre Chris Ramos dentro del área pero sí, acto seguido, una roja a Víctor Chust que llegó precipitadamente a un balón dividido en el centro del campo. El Cádiz tenía por delante el más difícil todavía: ganar con uno menos.
El VAR protagonista
La expulsión de Chust fue un paso más en un arbitraje en el que cada contacto de un jugador cadista se pitaba como falta pero no al revés. Con el toque de corneta, todo lo ofensivo que había en el campo, el Cádiz peleó hasta el final, dejando una defensa de tres y tomando grandes riesgos para las contras canarias.
La expulsión de Chust no varió nada el signo del partido porque el Cádiz siguió con los mismos problemas ofensivos que le han condenado esta temporada, siendo siempre un equipo sin ideas en la parte final del terreno de juego. La última llegó en las botas de Alcaraz con un liviano disparo que detuvo Vallés ante un Cádiz volcado sobre la portería rival, siendo la mejor ocasión de todo el partido para los de Pellegrino, un bagaje muy pobre para lo que se estaban jugando. Murió con las botas puestas, como se le pide y lamentando todo el mundo que esta versión, la de las últimas semanas, no haya sido más habitual pero también preguntándose por qué le ha costado a este equipo tanto marcar goles y sufrir este calvario de decepciones.
Ficha técnica:
Cádiz CF: Ledesma, Zaldúa (Iza 84′), Fali, Chust, Javi Hernández; Escalante, Alcaraz, Sobrino (Guardiola 54′), Robert Navarro (Brian Ocampo 67′), Roger Martí (Juanmi 54′), Chris Ramos (Maxi 84′).
UD Las Palmas: Vallés, Araujo (Cardona 67′), Coco, Mika, Cardona; Marvin (Perrone 83′), Javi Muñoz, Kirian, Loiodice (Campaña 73′), Moleiro (Munir 83′), Sandro (Álex 67′).
Árbitro: César Soto Grado (comité Castellano-Leonés) que amonestó a Chris Ramos, Javi Hernández, Brian Ocampo, Cardona.
Goles: 0-0
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