El verano comienza oficialmente el 21 de junio a las 4:42 AM, hora peninsular española, según el Observatorio Astronómico Nacional. Este instante marca el solsticio de verano en el hemisferio norte, el día más largo del año, cuando el sol alcanza su máxima altura sobre el horizonte y nos regala más horas de luz y calor.
Con la llegada de esta estación, el mundo parece despertar en una explosión de energía y vitalidad. Los días se alargan, el sol brilla con más intensidad y la naturaleza se viste de colores vibrantes, invitándonos a disfrutar al máximo de esta temporada tan esperada.
El verano marca el final de la primavera y el inicio de un período lleno de posibilidades. Es el momento perfecto para salir al aire libre, conectar con la naturaleza y aprovechar el buen clima. Las playas se llenan de gente que busca refrescarse en el mar, los parques se convierten en espacios de ocio y encuentro, y las ciudades adoptan un ritmo más relajado.
Las frutas del verano
Además, esta estación trae consigo una diversidad de frutas y verduras frescas, como sandías, melones, duraznos y tomates, que no solo refrescan sino que también nutren y aportan energía para las actividades diarias.
No obstante, el verano también requiere ciertos cuidados. La exposición prolongada al sol pide que protejamos la piel con bloqueador solar y nos mantengamos bien hidratados.
En definitiva, la llegada del verano es una celebración del calor, la luz y la vida. Nos impulsa a salir, a compartir momentos con amigos y familia, y a reconectar con nosotros mismos en medio de la naturaleza. Es una invitación a vivir plenamente, aprovechando cada rayo de sol para recargar energías y crear recuerdos inolvidables.
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