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Elena Amaya celebra el preacuerdo entre la patronal y sindicatos del sector del metal 

La alcaldesa de Puerto Real, Elena Amaya, ha felicitado a trabajadores y empresa del sector del metal en Cádiz por el preacuerdo alcanzado entre patronal y la parte social por el convenio colectivo, tras una negociación que ha incluido nueve jornadas de huelga.

“Es una buena noticia para la provincia y para Puerto Real, en concreto, para garantizar los salarios más dignos posibles, estabilidad laboral y producción. Pero no podemos tener satisfacción completa por la situación de nuestra industria, que perdió en su día a la General Motor, ha sufrido el cierre de la planta de Airbus y cada cierto tiempo tiene que pasar lo que hemos visto ahora”, afirma la regidora.

El preacuerdo recoge que el convenio colectivo tendrá una vigencia desde el 1 de enero de 2021 hasta el 31 de diciembre de 2023. En estos tres años, se contempla un incremento salarial fijo del 2%, que en el caso del presente ejercicio, se aplicará desde el 1 de enero. Asimismo, el punto de encuentro al que han llegado las partes contempla que cada año de vigencia, una vez conocido el IPC real, de superarse el 2% fijado, se actualizarán las tablas salariales con el 80% entre el IPC real y el 2%.

Hace falta un verdadero plan de reindustrialización

Sin embargo, la primera edila de la localidad no quiere que “esta gran noticia que parece definitiva, porque las asambleas están ratificando el acuerdo, oculte que en esta zona de España hace falta un verdadero plan de reindustrialización, porque hay que garantizar el futuro de la industria en nuestra provincia y en el municipio de Puerto Real. Son necesarias ayudas reales que consigan dar estabilidad y garanticen el futuro del empleo industrial”.

“Por encima de colores políticos, tenemos que trabajar de forma común para garantizar que aquí haya trabajo de calidad y nuestra gente no tenga que irse lejos a trabajar por necesidad, sin realmente querer dejar su tierra”, sentencia.

Finalmente, reitera su defensa por “el derecho a la huelga de los trabajadores, en este caso del sector del metal, porque es una forma legal que ha servido para presionar y reclamar lo que entienden que les pertenece”. Pero lamenta que “cuatro o cinco personas al final aprovechen estos actos para liarla. Por fortuna, al final, el diálogo ha imperado, aunque es cierto que en algunos momentos ha faltado un poco de cordura por todas las partes y se ha echado gasolina al fuego de forma innecesaria”. 

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