No hay más que mirar a nuestro alrededor para comprobar que España no está ya bajo las restricciones de un Estado de Alarma que deja paso a la confianza plena en que los próximos cien días supongan el declive del virus gracias a las vacunas. Pero mientras tanto, decenas de escenarios en España han sido invadidos por las ganas de fiesta.
El 25 de octubre se puso en marcha un estado de alarma que dio amparo jurídico fundamentalmente a tres medidas que, si se quieren mantener a partir del domingo, necesitarán de respaldo jurídico. Y lo peor de todo es que el Presidente del Gobierno, principal responsable de que no se siga amparando a las Comunidades, no ha conseguido lo que se proponía. Su idea era bajar de los 25 casos por cada cien mil habitantes y los últimos datos sitúan a España en 202.
Las incidencias, aún muy elevadas, por tanto, deberían estar por debajo de los 25 casos por 100.000 habitantes de aquí al verano (agosto) y la mortalidad haberse desplomado gracias a la campaña de vacunación que todavía sigue sin ir al ritmo que debería, teniendo por ejemplo Andalucía más de 180.000 dosis de Astrazeneca “en el congelador”. Para verano se espera que cerca del 70% de la población esté inmunizada y se ha apostado a este caballo ganador.
La duda que surge es qué ocurrirá hasta entonces. La plaza de Salamanca, la Plaza Mayor de Madrid son algunos de los escenarios que han vivido ya lo que es una vida sin Toque de Queda. Y a esto habrá que añadir las fiestas que ahora ya no son ilegales. Incluso las discotecas abiertas hasta las 2.00 de la mañana en Andalucía. Todas medidas que abren un hilo de esperanza pero con el temor de que los rebrotes pueden ser una consecuencia más que clara.
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