El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha clausurado este jueves la tercera edición de C1be3rW4ll, un acto en el que ha destacado que “cuando hablamos de ciberseguridad, todas y todos somos imprescindibles; para mantener altas cotas de seguridad tecnológica todas y todos debemos ser copartícipes, corresponsables de nuestra propia seguridad”.
Esta tercera edición del Congreso de Seguridad Digital y Ciberinteligencia C1b3rWall, impulsado por Policía Nacional, ha reunido en la Escuela Nacional de Policía de Ávila desde el pasado martes a unos 6.500 participantes presenciales y más de 200 ponentes de primer nivel, tanto nacionales como internacionales.
También han participado en el simposio más de 150.000 alumnos de 82 países distintos matriculados en el curso online C1b3rWall Academy, que han podido seguir a través del streaming difundido en el canal de YouTube de Policia Nacional.
Bajo el título de ‘Futuro inmersivo’, este simposio ha contado también con la participación de numerosas universidades e instituciones públicas dedicadas a la seguridad digital como el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) o el Centro Criptográfico Nacional, y ha estado patrocinado por setenta empresas privadas nacionales y extranjeras colaboradoras del ecosistema de la seguridad física y digital.
En estas cifras se ha apoyado el ministro del Interior para ensalzar que C1b3rW4ll se haya convertido “en uno de los eventos formativos en ciberseguridad más importantes del mundo” durante la clausura del encuentro, acto en el que ha estado acompañado por el director general de la Policía Nacional, Francisco Pardo, y otros mandos del cuerpo.
Un reto mayor
El proyecto C1b3rWall nació en el año 2018 en la Escuela Nacional de Policía con la finalidad de crear un entorno colaborativo público-público y público-privado que permita generar las mejores acciones formativas en materia de ciberseguridad y ayude a desarrollar las capacidades y habilidades necesarias y de mayor calidad para aquellos profesionales que trabajan en este ámbito, en especial los que proceden del sector de las tecnologías de la información y la comunicación, de las fuerzas de seguridad, de las fuerzas armadas y de la universidad, así como estudiantes de grado y de formación profesional.
La primera edición del congreso, en 2019, reunió a casi 4.000 asistentes. La segunda, aplazada hasta 2022 por la pandemia del COVID-19, contó con un total de 5.000 inscripciones.
Esta tercera edición, que ha superado a las anteriores en participación, ha abordado los desarrollos de inteligencia artificial y realidad virtual y aumentada que afectan ya a la seguridad colectiva y cuya irrupción en los procesos de digitalización es la causa de que “el reto que tenemos por delante es todavía más grande”, en palabras de Grande-Marlaska.
El ministro del Interior ha recordado que el mundo digital no solo es cuna de la moderna ciberdelincuencia, sino que también se ha convertido en campo abonado para graves acciones hostiles como el terrorismo, la trata de seres humanos, el crimen organizado, la explotación sexual infantil, los ataques a la propiedad intelectual, los incidentes de odio que sufren los colectivos más vulnerables o el ciberacoso, entre otros muchos riesgos.
“Son amenazas cada vez más sofisticadas y complejas, que nos obligan a todas las instituciones concernidas, tanto públicas como privadas, a un esfuerzo añadido para adquirir la preparación necesaria y ser capaces de neutralizar esos riesgos”, ha concluido Grande-Marlaska.
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