La fuerza del grupo como la llave para el liderato en el Cádiz

Foto: CCF

El Cádiz CF es líder de Segunda División tras nueve jornadas disputadas. El equipo amarillo, protagonista de una profunda renovación durante el verano, compite como nadie en la categoría y más allá de los grandes nombres propios (esperados y sorprendentes) que componen la plantilla, está demostrando que la unión hace la fuerza y que un vestuario sólido se traduce en un magnífico trabajo de compromiso y solidaridad sobre el terreno de juego. Capaz de ofrecer una imagen muy positiva a pesar de contar con importantes bajas y rotaciones significativas. Un bloque reconocible que transmite vibraciones muy similares a una etapa de inevitable sonrisa para el aficionado cadista que desembocó en uno de los periodos más exitosos de la historia de la entidad.

Ni Mario Climent (por sanción), ni Bojan Kovacevic (que llegó muy justo del amistoso internacional), ni Suso (baja de última hora). Tres futbolistas que han sido inamovibles para Gaizka Garitano desde el comienzo liguero y que no estaban disponibles en el duelo contra el Huesca para un técnico que, además, apostó por Álex Fernández en el centro del campo dejando en el banquillo a otro jugador que había sido innegociable hasta el momento como es Moussa Diakité. En definitiva, un Cádiz CF con bajas sensibles y rotaciones significativas al que no le importaron las circunstancias y superó con notoriedad en el juego al Huesca en el Nuevo Mirandilla.

Los cambios y las rotaciones de Garitano funcionaron al Cádiz

Un triunfo de grupo. Tres puntos auspiciados por un colectivo que rema en conjunto hacia la misma dirección. Juegue quien juegue. Porque Raúl Pereira hizo un auténtico partidazo, demostrando que es sumamente peligroso cuando se incorpora al ataque debido a su estilo directo y vertical. Además, se asoció bien con Javi Ontiveros y cumplió en términos defensivos. En el centro del campo, Álex Fernández formó una sensacional pareja con Sergio Ortuño. El de Elda, omnipresente, aportó sacrificio y sentido común en la medular y asistió a Tabatadze en el tanto de la victoria. El de Alcalá de Henares dio a Garitano lo que Garitano pedía: control, dominio y capacidad de alargar las posesiones para “agobiar” al rival. Un perfil más orientado hacia la gestión y administración del esférico que funcionó a la perfección y que se suma al abanico de posibilidades el entrenador vasco.

Un poco más le costó a Jorge Moreno. El central, debutante de forma oficial con la camiseta del Cádiz, protagonizó un error imperdonable que cerca estuvo de costarle un tanto a los amarillos. Sin embargo, fue ganando en confianza y asentándose en el encuentro con el paso de los minutos y contribuyó con una actuación sólida y solvente en defensa. Otro nombre a destacar en un día sin Suso es el de Javier Ontiveros. Es evidente que aún no está en su plenitud física, pero el marbellí tiene la capacidad de echarse a las espaldas el peso de la producción ofensiva del equipo. El gol, en su idilio particular, lo puso el georgiano nacionalizado gaditano Iuri Tabatadze.

El Cádiz, al estilo de Fuenteovejuna

Mención especial para Iker Recio e Iza Carcelén. El primero de ellos entendió que debía liderar la defensa con la ausencia de Kovacevic y se mostró con una jerarquía vital en el eje de la zaga. Un crecimiento imparable a medida que avanza la competición por parte del central. Por otro lado, el portuense estuvo sobresaliente y este curso lo ha comenzado a un nivel muy alto después de haber renovado por dos temporadas con el conjunto amarillo. Todos ellos, al igual que el resto de compañeros, formaron parte una nueva demostración de unidad y sacrificio por el bien común.

Como los Beatles en el estudio, los Goonies en su aventura o Numancia en su resistencia ante los romanos, el Cádiz demostró que cuando el grupo cree, el resultado llega. Una victoria que sabe a equipo. Con bajas importantes, rotaciones, y aún así, todos remando en la misma dirección. Garitano sabe cuál es la llave para el éxito: “Somos un bloque, más allá de los nombres propios”. Y si alguien pregunta en el vestuario quién es el responsable de ser líder de la categoría tras nueve jornadas, el vestuario responderá al unísono: “Fuenteovejuna, señor”.

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