
El ayuntamiento de Cádiz se ha propuesto cumplir a rajatabla con la Ley de Memoria Democrática y en una misma semana ha iniciado dos procedimientos en base a erradicar todo vestigio pasado ligado al ideología franquista. Del estadio Ramón de Carranza cuyo proceso (el segundo) participativo se inició este lunes a la placa del escritor José María Pemán, desaparecida de la calle Isabel La Católica, donde nació.
Y ninguna cuenta con el beneplácito de la ciudadanía. O al menos, no en su totalidad, puesto que son muchas las voces que se alzan contra las acciones de Jose María González, alcalde de Cádiz, que defiende a ultranza el cumplimiento de la Ley, dándole igual si el nombre del estadio es un símbolo muy cadista más allá del nombre en sí, y que pretenda borrar el nombre de uno de los escritores más laureados de Cádiz.
Porque las leyes están para cumplirlas pero también habría que encontrar el consenso entre una acción y otra en la que se deja a un lado, por ejemplo, la aportación y participación de Pemán en la transición para que la monarquía se instaurase en nuestro país.
Y es que son muchos los que opinan que una placa con el nombre de Pemán diciendo “aquí nació José María Pemán” no incumple ninguna Ley y lo único que hace es recordar y reconocer a un hombre cuya familia a día de hoy se muestra indignada por la decisión de un ayuntamiento que está decidido a afrontar decisiones impopulares como ésta o el cambio de un icono como el estadio Ramón de Carranza.
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