A pesar de que este sábado ha sido el primer día sin obligación de llevar la mascarilla, los ciudadanos han optado, en su mayoría, por llevarla puesta en espacios abiertos, incluso con la distancia de seguridad de un metro y medio.
Porque queda muy poco para el fin de la pandemia y los gaditanos lo saben. Muchos optan por guardarla puesta como en los últimos quince meses. “Es un complemento más”, dicen algunos. Llevarla no cuesta cuando muchos familiares aún no están vacunados. “Los jóvenes son los que deben llevarla y no olvidarla en casa“, dicen los mayores. Es quizá el miedo a contagiarse aún con el buen ritmo de vacunación, lo que fuerza a otros a mantenerla en su día a día.
Y parece que son la mayoría. En las calles se ha podido ver este sábado una mayoría de gente con mascarillas puestas. Lógicamente no en interiores donde ahí se permite no llevarla desde hace tiempo, como en los restaurantes y bares.
Si la llevas, la llevo yo también
También influye mucho el “la llevo porque todo el mundo la lleva también”. Al final si muchos llevan la mascarilla, el que no lo haga será “el diferente”. No quiere decir que sea malo, simplemente distinto. Hay quien dice que la mascarilla ha llegado para quedarse y que Europa será la nueva Asia donde desde hace años, contaminación o no mediante, las mascarillas eran, son y serán un verdadero bien usado diariamente. Con o sin pandemia, no se puede negar que ha sido el principal arma de defensa contra el coronavirus y de momento, también gana la batalla a aquellos que ya no la consideran vital en espacios abiertos.
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