La tasa de incidencia pone en jaque, otra vez, a Andalucía

La subida considerable de contagios en tan solo un día, superando la barrera de los dos mil, coloca el escenario andaluz en una encrucijada. Y también decidiendo nuevas medidas como el cierre de la hostelería a las 20.00 horas en aquellos lugares con una incidencia mayor.

Ahora mismo la situación preocupa y mucho, afectando otra vez al sector hostelero. Porque son ellos “los que más sufren” las nuevas restricciones por la crisis sanitaria en Andalucía. “Lamento mucho esa decisión pero corresponde al comité técnico. apuntaba Juanma Moreno. Pero insistía en que “ellos han decidido y solo me queda acatar las decisiones de los especialistas“, en clara referencia a una situación preocupante. Ahora mismo la tasa de incidencia en Andalucía se coloca en 241,2 por cada cien mil habitantes y subiendo.

Ahora mismo se recoge en la modificación del Boja que los bares, comercios y servicios no esenciales de Andalucía que estén en zonas con el nivel de alerta 3 grado 1 tendrán que cerrar a las 20.00 horas, a partir de hoy domingo.

Ritmo lento de vacunación

Y todo ello a pesar de las restricciones previas en Semana Santa. “La tendencia que trabajan los epidemiólogos es que esta incidencia va a seguir creciendo porque pesar de todas las prevención y cerrar las provincias en Semana Santa hubo acumulaciones de personas y eso trae contagios, hospitalizaciones y tomar medidas”, indicaba el presidente andaluz.

No ayuda, ni mucho menos, el plan de vacunación que se está llevando a cabo ante la falta de vacunas. Tanto es así que la situación preocupa mucho al dirigente político que hace un par de días manifestaba contundentemente sus dudas a poder salvar ni tan siquiera el verano: “A este ritmo no es que no llegamos al verano, es que no llegamos ni a Navidad”. Moreno indicó que Andalucía ha recibido un tercio menos de las vacunas comprometidas por el Gobierno al inicio de la campaña de vacunación.

Estamos por tanto en un momento de escalada del virus, con más contagios y hospitalizaciones y un ritmo muy lento, demasiado de vacunación. La cuarta ola parece ser inevitable.