Las lágrimas de Sobrino y la euforia del vestuario

Rubén Sobrino ha sufrido terribles críticas durante todo el año. Un delantero sin gol, sin haber marcado aún y que había reconocido el viernes que le pesaba eso de no haber logrado marcar todavía. Tendrá que pasar más a menudo por sala de prensa para encontrar lo que ha encontrado: un gol en el noventa que vale oro.

El jugador de Ciudad Real reconoció la alegría inmensa, dentro del conocimiento de que no se ha hecho nada aún. Sus lágrimas y las de Ledesma “son el reflejo de la tensión y de lo que llevamos pasado esta temporada. “Ha sido uno de los goles más importantes que he marcado. Ha sido una temporada muy complicada, hay que darle las gracias a los compañeros, nos hemos apoyado siempre en los malos momentos y este gol es un premio para todos”, dijo el propio sobrino. No sólo un premio, es oro puro puesto que el Cádiz sale del descenso catorce jornadas después y que le permite irse al parón de selecciones con la sensación de que algo más se puede conseguir. 

“Una victoria muy sufrida, en lo colectivo y en lo personal porque hacer un gol así y lo que se ha vivido después del partido no se puede olvidar nunca por eso estoy muy contento de poder seguir ayudando al equipo”. Y las lágrimas y la alegría en el vídeo posterior subido por la cuenta oficial del Cádiz demuestran que “estamos con la euforia del sufrimiento que hoy se premia y los sentimientos salen, somos todos personas y después de tanto sufrimiento es normal que salga lo que teníamos dentro guardado. Estando todos juntos lograremos el objetivo, estamos ahí, lo más importante es que estamos dejando todo, teniendo mucha fe”, como la tuvo él en el primer tanto de la presente temporada, llegando a un balón que nadie parecía querer.