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Los acuerdos de Minsk y el pretexto usado por Rusia para invadir Ucrania


¿Qué son los acuerdos de Minsk?, o, correctamente, deberíamos preguntarnos ¿qué es el “Protocolo de Minsk”?. Seguramente hayan oído o leído que hay una región al este de Ucrania que es el origen verdadero en el que Putin y Rusia se apoyan para justificar la masacre en el país ucraniano. La región en cuestión es la del Donbass, al este del país en el que hay dos repúblicas independientes prorrusas: La República Popular de Donetsk y la República de Lugansk. Según el Kremlin, Ucrania está incumpliendo desde 2014 el alto el fuego, está instigando a los ciudadanos rusos de esta zona y la declaración de independencia de ambas es el origen del actual conflicto. En los diferentes canales de propaganda rusa se encargan de contar, una y otra vez, que los rusos de la región ucraniana pero de alma rusa se sienten masacrados por Ucrania y su gobierno.

La región del Donbass y el origen de todo

Rusia defiende que en la región del Donbass lo único que pretenden es defender la lengua rusa y sus costumbres. Y acusa a Kiev y su presidente Zielinski de masacrar la región del Donbass con el beneplácito de Estados Unidos y Biden. Rusia asegura que los habitantes del Donbass no quieren ser ucranianos bajo ningún concepto y la supuesta instigación del gobierno ucraniano sobre esta zona. La semana pasada, tras cinco años de la proclamación de Lugansk y Donetsk como repúblicas independientes, Rusia las reconoció legalmente, las acogió en su regazo y acto seguido invadió Ucrania.

Los Acuerdos de Minsk, firmados entre 2014 y 2015 entre Rusia y Ucrania, tras varios intentos fallidos contó la supervisión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). La intención fue poner fin al conflicto originado en esta zona. Estos acuerdos recogían, entre otros puntos:

  1. La continuación del diálogo nacional inclusivo.
  2. Toma de medidas para mejorar la situación humanitaria en el región de Donbass, en el este de Ucrania.
  3. Garantizar la realización anticipada de elecciones locales, en conformidad con la ley ucraniana ( sobre «los arreglos provisionales de gobierno local en algunas áreas de los Óblasts de Donetsk y de Lugansk» («ley sobre el estatuto especial»).
  4. Retirada de los grupos armados ilegales, equipo militar, así como de los combatientes y de los mercenarios de Ucrania.
  5. Aprobación del programa de recuperación económica y reconstrucción de la región de Donbass, en el este de Ucrania.
  6. Garantizar la seguridad personal de los participantes en las negociaciones.

Similitudes con el inicio de la II Guerra Mundial

Desde la firma en la capital de Bielorrusia de este memorando, las disputas civiles han sido permanentes. Ni rusos ni ucranianos han querido ceder ni un centímetro de una zona que ambos consideran propias. Y es que las diferencias entre el Ejecutivo ruso y ucraniano han provocado varios puntos de vista y dos versiones del Protocolo de Minsk:  Ucrania presagiaba que esta firma permitiría la recuperación completa de la soberanía del país y el Kremlin consideraba que lo firmado en la capital bielorrusa, otorgaba un Gobierno ruso en las regiones del Donbass. 

A estas alturas lo que más preocupa en Occidente son las amenazas nucleares por parte del Gobierno Ruso. Los recientes movimientos despiertan el fantasma de la Guerra Fría porque detrás de todo existe la la negativa rusa a aceptar el acercamiento de la OTAN y de la Unión Europea a la antigua república soviética. Putin no va permitir que países como Ucrania se acerquen a la Alianza Militar y su guerra viene ya del pasado, como la anexión forzosa de Crimea, península ucraniana, a Rusia, por la fuerza y en 2016.

A día de hoy es difícil no encontrar similitudes con el inicio de una Segunda Guerra Mundial en el que Alemania comenzó todo al invadir Polonia el 1° de septiembre de 1939. Y once países más posteriormente.

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