Los Hospitales Universitarios de Puerto Real y Punta de Europa de Algeciras han implantado ya un protocolo de detección precoz de pacientes con sospecha de VIH en sus áreas de urgencias. El objetivo es acelerar el diagnóstico y que las personas con infección por VIH accedan al tratamiento antirretroviral lo antes posible.
La iniciativa, que se desarrolla desde el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en centros de toda Andalucía, permite disminuir también la posibilidad de transmisión a otras personas.
Protocolo con todas las recomendaciones
Este proyecto cuenta con la colaboración del Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias, el Plan Andaluz de Atención al VIH-SIDA y del Plan Andaluz de Laboratorios. Este consiste en la realización de una petición de prueba serológica de VIH a todos los pacientes con edades comprendidas entre los 18 y los 70 años, que sean atendidos por neumonía, síndrome mononucleósico, Herpes Zoster, consumo de tóxicos, hepatitis aguda e infecciones de transmisión sexual.
Para facilitar la solicitud de serología de VIH se ha automatizado la petición creando perfiles específicos para este fin en el módulo de pruebas analíticas (MPA) de Diraya.
Este protocolo incluye las recomendaciones realizadas por la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES). Puede llevarse a cabo con la colaboración de profesionales de distintas unidades como los Servicios de Urgencias, Enfermedades Infecciosas y Microbiología, Análisis Clínicos, Medicina Preventiva y Farmacia. También en las Unidades de Salud Pública, Epidemiología y Vigilancia de la Salud.
Control de la pandemia
La pandemia por el VIH no está controlada a nivel mundial y sigue provocando casi un millón de muertes al año. En España, se estima que aproximadamente 20.000 personas infectadas por VIH desconocen que lo están. La vía de transmisión más frecuente es la vía sexual.
El objetivo de ONUSIDA para 2021 es 90-90-90, es decir, alcanzar el 90% de personas diagnosticadas, el 90% en tratamiento y el 90% con carga viral indetectable. El 47,5% de los nuevos diagnósticos se realizan en fase tardía (con recuento de linfocitos CD4 por debajo de 350 células/microlitros y cuando ya se ha desarrollado una enfermedad indicadora de SIDA).
El retraso en el diagnóstico es un serio problema de la infección por el VIH debido a que un diagnóstico tardío provoca que el inicio de un tratamiento antirretroviral adecuado se retrase, lo que también provoca que se eleven las posibilidades de desarrollar infecciones oportunistas y otras enfermedades.
En esta situación, es mucho más difícil lograr el control de la enfermedad, conseguir el objetivo de carga viral indetectable y además supone un aumento de la mortalidad hasta en 5 veces más que en las personas en las que el VIH se detecta de forma temprana.
Los diagnósticos tardíos tienen influencia directa con la transmisión del VIH. Las personas que desconocen estar infectadas, al tomar menos precauciones y no tener controlada la infección, transmiten el virus con mayor facilidad.
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