
Mafalda no es simplemente un personaje de historieta: es una voz atemporal que sigue resonando en millones de personas alrededor del mundo. Creada por el genio argentino Quino en 1964, esta niña de grandes ojos y pensamiento crítico se convirtió en un espejo de la sociedad, con una mirada inocente pero demoledora sobre el mundo adulto.
Desde su pequeño escritorio o charlando con sus amigos, Mafalda cuestionaba todo lo que no entendía… o no compartía. Su famosa frase “Paren el mundo, que me quiero bajar” se convirtió en un grito compartido por generaciones que, como ella, se sienten desbordadas por la injusticia y el caos.
Lejos de limitarse a lo personal, Mafalda hablaba de política, economía, derechos humanos y paz mundial. Con ironía y ternura, dejaba frases como: “Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre”, una crítica tan vigente hoy como hace décadas.
Aunque solo tenía seis años, Mafalda pensaba en grande. Mientras otros niños jugaban, ella reflexionaba sobre el mundo que los adultos estaban dejando atrás. ”¿Y por qué habiendo mundos más evolucionados yo tenía que nacer en este?”, se preguntaba con melancolía, poniendo en palabras lo que tantos sienten.
Y no solo hablaba de temas sociales. Su legendario rechazo a la sopa fue más que una simple manía: fue su símbolo de rebeldía ante lo impuesto sin sentido. “La sopa es a la niñez lo que el comunismo a la democracia”, decía, con la agudeza que solo ella sabía tener.
Mafalda también nos enseñó a valorar lo importante por encima de lo urgente, en una sociedad que vive corriendo. Lo resumió magistralmente con una de sus frases más compartidas: “Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante.”
Un legado que no envejece
Aunque Quino dejó de dibujarla en 1973, Mafalda sigue viva en libros, redes sociales, murales, y sobre todo, en la memoria colectiva. Su forma de ver el mundo —crítica pero esperanzada— nos recuerda que la infancia no es sinónimo de ignorancia, y que el humor puede ser un acto profundamente revolucionario.
Mafalda no solo nos hizo reír. Nos enseñó a pensar.
Y eso, como sus frases, no pasa de moda.
Más historias
‘Ojo con el agua’: la campaña de la Junta para salvar vidas este verano
Chiclana lidera el crecimiento poblacional en la Bahía de Cádiz en la última década
El San Fernando CD, al borde del abismo: Monchi y el Ayuntamiento pelean contrarreloj para salvar al club