
Y con mucho que ofrecer. Una nueva forma para ver las empresas, los negocios y el futuro. Un mundo virtual en 3D conectado totalmente a Internet. En el los usuarios ingresan a través de sus avatares digitales en tiempo real y las opciones de acción son muchas. Se puede trabajar, comprar, socializar, aprender y entretenerse. Un mundo único y al parecer con muchas posibilidades. No se solo una nueva forma de trabajar, también de consumir. Y hasta Facebook cambia de nombre a Meta y apuesta todo por el ‘metaverso’.
Muy pocos términos generan tantas expectativas de cara al futuro como el metaverso y las criptomonedas. Pero vamos a conocer su origen, donde la realidad física y la virtual se dan la mano. Quizá dentro de no tantos años pasemos más tiempo en el universo virtual que el real, así que debemos conocerlo. Pero hay un talón de Aquiles. Se trata de la desconfianza sobre los términos de seguridad. Esta será probablemente la tarea más importante para que el Metaverso pueda tener éxito.
Cuándo nació este concepto
Fue en 1992. El concepto de metaverso apareció dibujado por primera vez de la mano del escritor estadunidense Neal Stephenson. En Snow Crash, en su novela describía una especie de espacio virtual colectivo compatible y convergente con la realidad. Esa era la clave.
Un entorno en el cual los seres humanos interactúan social y económicamente como avatares en un ciberespacio. Se trata de la metáfora del mundo real. Pero en este no hay limitaciones físicas o económicas.

Ganancias y un nuevo perfil profesional
Conocer el funcionamiento del metaverso es fundamental hoy en día. Porque ser capaces de desenvolverse en este de forma profesional abrirá un mundo de posibilidades nuevo y muy especial para todos aquellos que quieran desarrollar su negocio en el mundo virtual. Pero también, será una plataforma de crecimiento y un medio para potenciar nuevas profesiones que hasta ahora son desconocidas. Al parecer el futuro del holding está en los mundos virtuales.
El dinero en el metaverso es otra de las claves. Según datos de Forbes, los analistas de Morgan Stanley aseguran que el mercado de artículos de lujo virtuales, por ejemplo, podría alcanzar los 50.000 millones de dólares para 2030 en este caso.
¿Y qué quiero comprar?
Pues aquí se se venden miles de terrenos intangibles por millones de euros. Un ejemplo, en unos 2.400 euros puede estar el precio de una impresionante mansión (2.180 euros al tipo de cambio actual). Y pagado en la criptomoneda que exija la plataforma, el éxito se matiene.
Sandbox, Decentraland, Cryptovoxels y Somnium son cuatro de los principales metaversos y sus propiedades las más deseadas. La empresa de desarrollo inmobiliario virtual Everyrealm (o Republic Realm antes) está presente en 13 metaversos. Pues bien, esa ha establecido una marca histórica. 4,3 millones de euros de dólares por una parcela en Sandbox que vendió a la compañía de videojuegos Atari.
Después de la compra, cada terreno es un NFT garantizado por un código único a través de un contrato digital que puede explotar, vender o alquilar.
¿Cómo entrar al metaverso?
Para tener acceso al metaverso sólo se necesitan una gafas y unos controles (gafas de realidad virtual Quest 2 de Oculus y los controles de mano con los que podrás tocar y sentir texturas de los juegos). Un segundo paso es darte de alta en la plataforma creando tu avatar personalizado, algo que ya se puede hacer desde Facebook. Según la página “about” de Facebook, “El Metaverso es la próxima evolución de la conexión social.
Dentro de unos años, echaremos atrás la vista, la pondremos en 2022 y nos reiremos comparando la visión de metaverso que teníamos y la que acabó siendo. Eso seguro.
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