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Otra pena máxima en el 95 le arrebata dos puntos al Cádiz en Almería (1-1)

Foto: Cádiz CF

Hay resultados que marcan un antes y un después en toda una Liga y la casi victoria del Cádiz en Almería adquiere un tinte especial y amargo toda vez que ha dejado con vida a un rival directo que nunca mereció empatar pero que supo sacar provecho de la mala fortuna de las lesiones cadistas y de una inmadurez propia de su juventud y ganas, la de Momo, que cometió un penalti que Melero no perdonó.

Salió el Cádiz CF con lo esperado, con cambios en el lateral derecho (Parra) y en la portería (David Gil) pero también volvió, fuera de casa, a los dos delanteros, desechando la idea de reforzar el centro del campo como solía hacerlo fuera de casa. El partido merecía un cara a cara porque era un encuentro de la Liga de ambos, la de evitar el descenso y la valentía de Sergio fue bien aplaudida por todos y cada uno de los cadistas.

Porque de inicio la alineación cadista sería, con tantas bajas, la misma que la mayoría pondría. Sin Rubén Alcaraz, San Emeterio y sin Fali, el debut de titular de Jorge Mere. Con esos ingredientes el Cádiz salió como se esperaba, presionando arriba, defendiendo bien atrás y fue el primero en acercarse, no con excesivo peligro a la portería de Fernando. Ahí, en un saque de banda largo -ya normal- de Luis Hernández, Del Cerro Grande no quiso -o no consideró punible- una mano dentro del área. La posición natural o no, golpeó en el jugador del Almería pero ahí se quedó todo. Las manos es algo que no se entienden este año.

Del Cerro, protagonista

Era el Cádiz el que proponía, el que más y mejor hacía. En apenas un minuto Bongonda puso a prueba a Fernando y por un centímetro en una jugada ensayada, el árbitro Del Cerro Grande pitó penalti. Era fuera. Y así se ejecutó. En el ecuador del primer tiempo el que más hacía y más merecía era el equipo de Sergio González. Lo del colegiado madrileño también es para hacérselo mirar. Un mes después del famoso gol concedido al Elche en fuera de juego, el colegiado se hacía cargo de un partido del Cádiz y no pudo estar más desafortunado: En el minuto 24 perdonó la roja a Ely por una fea entrada sobre Escalante, pudo haber expulsado también a Robertone al inicio del encuentro y no concedió un dudoso penalti sobre Roger.

Fue un punto de inflexión pero para retroceder, para no seguir atacando. Lo que antes había espoleado a los amarillos, ahora no había atisbo de peligrosidad en el área local y sí ciertos acercamientos a la portería de un David Gil al que probaban, una y otra vez, desde media y larga distancia hasta que en el tiempo de descuento, casi, el portero apareció en dos ocasiones para salvar el primero. Un disparo de lejos lo envió a córner con una gran estirada. El saque de esquina terminó en un cabezazo a la cruceta y en un rechazo posterior que no se convirtió en el primero gracias a los reflejos del portero cadista. Al final, uno de los mejores de la primera parte fue el portero en el que estaban puestas todas las miradas.

Gol tempranero en la segunda parte

Y ese acierto tuvo premio al inicio de la segunda parte. Tanto va el cántaro a la fuente, que se rompió. El Cádiz abusa y utiliza -con más o menos acierto- de los saques de banda largos de Luis Hernández. Y en uno de ellos llegó el primer tanto como cadista -y de la temporada- de Roger Martí, más listo y rápido que nadie dentro del área pequeña. Era el inicio de la segunda parte y el Cádiz tenía el partido donde quería.

Y así se mantuvo durante gran parte del choque pese a las lesiones de Mere y Escalante. El equipo de Sergio, jugando a la contra se sentía cómodo y apenas daba opciones al Almería de progresar en zona de ataque. Estaba construyendo una importante victoria a base de tesón, coraje, táctica y buen gusto por un fútbol práctico y eficaz al que le faltaba la guinda de matar al contragolpe.

Fue no marcar lo que mantuvo con vida al Almería que, no obstante, pocas veces se acercó a la portería de David Gil, un cancerbero seguro durante todo el choque. La victoria se palpaba pero, una vez más, esta vez un fallo garrafal de Momo, condenó al Cádiz como hace siete días. Momo cometió un penalti de libro cuando no hacía falta y Melero no perdonó. Era el 95 de encuentro, el Cádiz había merecido más, había perdonado un minuto antes Bongonda la sentencia y la vida extra local supuso otro partido en el que el sabor amargo permanecerá una semana más.

Almería U.D: Martínez, Pozo (Puigmal 81′), Ely, Babic, Centelles; De la Hoz (Portillo 73′), Eguaras (Melero 46′), Robertone, Baptistao (Lázaro 65′), Embarba (Sousa 80′); Suárez.

Cádiz CF: David Gil, Parra (Chust 79′), Luis Hernández, Mere (Momo 69′), Espino; Escalante (Álex 59′), San Emeterio (Diarra 79`), Bongonda, Sobrino; Guardiola (Alejo 79′), Roger (Chris 69′).

Árbitro: Del Cerro Grande (comité madrileño) que amonestó a Eguaras, Sobrino,

Goles: 0-1 Roger (50′) 1-1 Melero (penalti 95′)

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