Hay quien da por hecho que el Cádiz CF está salvado. Con la victoria ante el Real Valladolid y el empate del Getafe en casa todo hace indicar que entre ellos anda el juego, aunque más de uno debería pensar que aún restan tres puntos por conseguirse para no llegar a la última jornada con esa necesidad.
El fútbol el año pasado, hace justo 364 días hoy, le dio al Cádiz una oportunidad de salvarse con el penalti fallado por Jorge Molina. Casi un año después el Granada podría volver a Primera y para ello tendrá que sumar en su casa el próximo sábado ante el Leganés. El Cádiz, si no logra ganar en Villarreal, tendrá que jugarse ante su público también y ante el Celta, una salvación que le daría una última oportunidad en Elche.
No es que no valgan lo mismo los puntos en un partido y en otro pero sí que la manera y el tiempo a la hora de conseguirlo es, cuanto menos, importante. Ganar en Villarreal a falta de dos jornadas te evita el sufrimiento de otra final en casa; y ganar en casa te evita tener que ir a Elche jugándote, una vez más, el futuro más inmediato. Por eso, aunque restan tres partidos, lo mejor es “pensar en el siguiente partido”, como dijo Sergio González.
Y estaría bien que el Cádiz de Villarreal se pareciese al que se midió a Valencia y Valladolid y no al que visitó el Metropolitano y Mallorca. Porque no está la cosa como para tirar puntos. Y aunque parece hecho, peores cosas se han visto en el fútbol a la hora de hablar de descensos.
Descensos de equipos históricos
Hace un mes quién le iba a decir al Celta de Vigo que, si no gana en su casa al Girona este miércoles, vendrá al Nuevo Mirandilla con una racha de cuatro partidos sin ganar (lleva cuatro derrotas seguidas) y con el agua al cuello. O que el Valladolid iba a sumar cinco derrotas en los últimos cinco partidos y que puede llegar a la última jornada dependiendo de sí mismo, recibiendo a un Getafe que ni con Bordalás termina de arrancar.
Porque el fútbol es muy caprichoso y en materia de descensos ha visto de todo. El año pasado, como hemos dicho, el Granada jugaba en casa, con un estadio lleno, con todo a favor, sólo tenía que marcar un penalti y lo falló. El Cádiz se quedó en Primera y ellos descendieron. Nadie lo hubiera imaginado.
Hace años, el Atlético de Madrid campeón de Liga y Copa terminó descendiendo a segunda, como el Valencia en los años ochenta. O el propio Euro Celta de Vigo en 2007 o el Real Betis Balompié que también sabe lo que es descender.
Sin embargo no hay que irse muy lejos para saber que al Cádiz también le han sucedido episodios oscuros a lo largo de su historia en las últimas jornadas. El penalti de Abraham Paz ante Ricardo Sanzol por ejemplo, es un reflejo de lo que la última jornada no trae nada bueno nunca. El Cádiz tiene en su mano no llegar a Elche con la incertidumbre de qué pasará, con los nervios de otra final, otro desplazamiento y otra tarde de transistores. Ganar en Villarreal es permanecer. Hacerlo contra el Celta, también lo es. Llegar a Elche con la necesidad de ganar puede ser, otra vez, un riesgo innecesario y un ataque a los corazones cadistas.
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