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Suso, más que un fichaje para el Cádiz CF

Por fin se hizo realidad lo que parecía un sueño de infancia. Suso, gaditano de cuna y futbolista de clase contrastada, vestirá la camiseta del Cádiz CF. Lo que en otros tiempos era una quimera hoy se convierte en realidad. Pero más allá del impacto deportivo que supone contar con un jugador de su categoría, este fichaje dice muchas más cosas de las que parece. Su fichaje tiene una gran repercusión mediática y una carga emocional enorme para la afición, porque estamos hablando de un jugador formado en la cantera amarilla y que su regreso simboliza identidad, pertenencia y orgullo local. La repatriación del gran talento que ha construido la capital gaditana en los últimos años.

Suso y el Cádiz CF: un relato de pertenencia en un fútbol mercantilizado

Porque lo de Suso no es solo una operación para reforzar la banda o para subir el nivel en Segunda. Que lo es, por supuesto, para un equipo que sufre en las últimas temporadas de una creación ofensiva limitada salvo algunas excepciones. El gaditano aporta último pase, golpeo, pausa y conexión entre líneas. Es una declaración de intenciones. El Cádiz, recién descendido y después de una temporada nefasta, ha conseguido atraer a un futbolista con pasado en Liverpool, AC Milan y Sevilla, entre otros. Y lo ha hecho no solo con argumentos económicos —que los había mejores—, sino con un proyecto. Suso, que se convierte en la bandera del conjunto amarillo, no viene por venir. Viene a casa. Y eso tiene un valor emocional incalculable, para él y para la parroquia. Su llegada lanza un mensaje al vestuario y al mercado. Aquí hay raíces, hay ambición y hay futuro. Y es un relato de pertenencia en un fútbol mercantilizado que no entiende de sentimientos.

Un tipo de fichaje que no solo suma puntos en el césped. Ilusionan al aficionado, convencen al compañero que duda si renovar, y abren los ojos de otros jugadores que ven en el Cádiz algo más que un equipo de paso. En un momento en el que muchos miran al Cádiz CF con incertidumbre tras el descenso y la mala temporada protagonizada en la categoría de plata, Suso mira con fe. Y esa fe, esa decisión de comprometerse con un proyecto cuando más difícil parece, vale más que mil promesas. Su “toda la vida esperando” no es solo un lema. Es una lección para todos aquellos que se llenaron la boca de palabras que luego no secundaron con hechos.

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