Los finales más complicados son aquellos con los que lidiar te cuesta la vida. Al Cádiz le costó enormemente rehacerse y conseguir marcar dos tantos, y otros dos anulados, que no sirvieron, tampoco, para ganar un partido que estaba ganado en el 91 y perdido en el 96 de encuentro. Un castigo demasiado duro pero quizás justo, visto lo visto durante el partido, que dejan, sin embargo, un atisbo de ilusión en una afición que se ilusiona con poco y que sigue confiando
Lo apostó todo Sergio González a la mejor versión del Cádiz en cuanto a jugadores dentro de la plantilla. Al menos era lo que parecía viendo el once inicial con Choco y Negredo arriba, flanqueados por Salvi y Perea; sin embargo, no es cuestión de nombres, sino de forma y de estado y ninguno de estos cuatro (Choco es el único que se salva) demostró nada excepcional más allá de cierta voluntad que acaba en nada.
Pronto se adelantó el Espanyol. La falta de intensidad en la presión, la laguna entre centrales, Álex y San Emeterio, provocaron que Morlanes pusiera el primero cuando aún muchos pensaban en ver una película distinta. Incluso pudo ser corto el resultado al final de la primera parte. Y es que en ese tiempo el Cádiz apenas inquietó la portería rival.
Es difícil dilucidar si Sergio González va a ser capaz de destensar a sus jugadores y de hacerles creer en que se puede atacar. Pero es que es más complicado contando con un centro del campo superado en todo momento por los de Vicente Moreno. Álex no pudo con la responsabilidad de organizar el juego inicial del equipo y Perea y Salvi no son lo que fueron el año pasado. Sólo Choco Lozano se salvó en una primera parte donde el conjunto perico mereció más, pudo hacer más pero Ledesma estuvo siempre atento.
Mismos actores, distinta película
El despropósito cadista era preocupante, tanto fuera como dentro del terreno de juego. Los fichajes, cada vez más necesarios, no terminan de llegar y sin ellos (y puede que con ellos) la misión de la salvación es imposible, visto lo visto. Porque esta película es de esas que hacen levantarte con las palomitas aún calientes, imposible de contentar a nadie. La de la primera parte, claro.
Y es que la de la segunda, todo lo contrario, te mantiene pegado al asiento hasta el final. El gol de Negredo en un fallo en cadena de la defensa perica y cuando mejor estaban los catalanes, cuando más habían atacado y más habían puesto en aprietos a Ledesma, abrió la esperanza a la grada y también a un equipo que creyó, que cambió y que, al menos lo intentó. La sensación era que el Espanyol podía hacer sangre pero el Cádiz no se rendía, seguía corriendo jaleado por su público, ansioso de celebrar una victoria que tardaba demasiado en llegar.
La tuvo Salvi en una buena jugada personal que obligó a Diego López a emplearse bien a fondo. Fue la ocasión más clara tras el gol de Negredo y que siguió a un sinfín de acercamientos amarillos que dejaban la espalda desguarnecida y libre a RDT, nada más y nada menos; pero Ledesma también repetía aquello de: “Sí se puede”.
Duro castigo final
Y lo intentó el Cádiz, más por pundonor que otra cosa. La tuvo y marcó Negredo pero una mano justo antes de marcar impidió el tanto; reglas que te enfadan cuando suceden en contra pero te alegran cuando suceden a favor. Sin embargo, mucho menos entendible, aunque justo, fue la capacidad del colegiado para anular el que sería el tercer tanto de Negredo. Es cierto que Sobrino toca a Diego López en el área pequeña pero no menos cierto es que Diego López estaba vencido y poco podía haber hecho en ese balón que acabó rematando -con calambres- Negredo al fondo de la portería.
Pero no fue Negredo, sino Alejo quien pondría la locura y la esperanza en la grada del Nuevo Mirandilla. Su tanto, tras un saque de banda mal defendido por el Espanyol tuvo su continuación y espejo, en otro saque de banda en la última jugada del partido mal defendida por una defensa cadista que se hundió con el tanto de RDT. Un castigo duro pero justo, un punto que sabe a poco, como otros tantos que se han escapado durante una aciaga temporada que cada vez pinta peor, a pesar de los brotes verdes vistos con la llegada de Sergio González.
Ficha técnica:
Cádiz CF: Ledesma, Iza (Raúl Parra 77′), Cala (Chust 46′), Fali, Espino, Álex, San Emeterio, Salvi (Alejo 73′), Perea (Arzarmendia 68′), Choco Lozano (Sobrino 73′), Negredo.
Espanyol: Diego López, Óscar Gil (Vidal 64′), Cabrera, Calero, Sergi Gómez, Puado, Morlanes, Embarba (Melamed 65′), Darder, Melendo (Loren 86′), RDT.
Árbitro: Muñiz Ruiz, comité gallego que amonestó a Fali (47′), Espino (57), Alejo (74′), Cabrera (78′), Ledesma (80)
Goles: 0-1 Morlanes (16′). 1-1 Negredo (54)
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