Se pueden decir muchas cosas de un equipo de fútbol pero lo que nunca se debería decir es que no quiso. El Cádiz cayó derrotado en Granada queriendo ganar pero no pudiendo ante un Granada que fue mejor desde el inicio. La mala imagen de los de Sergio no debe empañar, eso sí, que una vez más, una decisión arbitral condicionó a los cadistas, con un penalti señalado en primera instancia y corregido posteriormente por el VAR y Pulido Santana. Contacto hubo, la interpretación dijo que no era suficiente, una vez más. Lo de los árbitros da para una tesis este año.
Y si hubo un equipo que salió queriendo dar la primera patada futbolística fue el Granada con una presión alta que hizo las cosas muy difíciles para Fali y el recién regresado de lesión Luis Hernández. El gol anulado a Boyé por clara mano previa a los 15 minutos y otros buenos acercamientos previos contrastaban con con un Cádiz que defendía y tenía problemas ofensivos en el inicio. Todo hacía indicar que la marcha de más del Granada iba a ser un problema y éste llegó en un gol culminado tras una falta lateral. Uzuni no perdonó la asistencia de Boyé y la posterior aprobación del VAR.
Mal partido amarillo
Hay veces que se ve, se palpa cuando un equipo se juega más que el otro. Y no es que el Cádiz no se estuviera jugando nada, ni mucho menos, pero la sensación en la primera parte, al menos los primeros cuarenta minutos, fue que los de ‘Cacique’ Medina estaban jugándose la vida entera mientras que el Cádiz fue completamente incapaz de parar las acometidas granadinistas en un inicio que pudo ser demoledor pero que si no lo fue se debió a la falta de puntería local.
El Cádiz CF reaccionó y encontró el camino al epílogo de la primera parte en la que el VAR y el colegiado volvieron a tomar una decisión en contra del Cádiz CF como tantas y tantas veces esta temporada. Un manotazo del debutante Batalla sobre el pie de apoyo de Sobrino fue corregido por el árbitro canario tras la llamada del VAR. Era penalti claro que hubiera maquillado la pésima primera mitad amarilla. Pero el árbitro volvió a maltratar a un club que debería poner el grito en el cielo, una vez más.
El Cádiz quiso pero no pudo. Lo intentó, pero poco, y cuando lo tuvo, se lo quitaron. Ya no solo por el penalti, sino por la expulsión de un Sobrino que no tuvo su mejor día -tampoco su mejor temporada-, algo que deja a las claras que el Cádiz tiene un problema y no es solo de resultados.
No es cuestión de hablar de árbitros porque se puede perder en el camino el mal encuentro amarillo. Sería mejor mirarse a la cara, analizar por qué el Granada supo mejor qué y cómo hacerlo y por qué el Cádiz lleva cuatro meses sin ganar y da una de cal y dos de arena en cada encuentro. Por qué no es capaz de jugar noventa minutos perfectos y siempre tiene lagunas que le condenan demasiado.
Ficha técnica:
Granada CF: Batalla, Sánchez, Bruno Mendes, Miquel, Neva; Villar, Bryan, Fernández; Zaragoza, Unzuni, Boye.
Cádiz CF: Ledesma, Iza, Luis Hernández, Fali, Pires; Álex, Alcaraz, Sobrino, Darwin; Maxi, Roger Martí.
Árbitro: Pulido Santana (comité canario) que amonestó a Alcaraz, Álex Fernández, Chris Ramos, Sánchez, Boyé y expulsó a Sobrino.
Goles: Uzuni 1-0 min. 24′; Bryan 2-0 min. 70.
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