La tercera victoria consecutiva en casa (ganado al Rayo Vallecano), sumando tres puntos ante un rival al que el Cádiz tiene tomada la medida en Cádiz y no en Vallecas y celebrando un triunfo merecido y trabajado por todo lo realizado durante el partido que significó para el Cádiz seguir fuera del descenso y lanzar un mensaje a los rivales muy claro: El Nuevo Mirandilla cada vez se parece más al Ramón de Carranza.
El Cádiz de la primera parte poco pudo parecerse al de ocasiones anteriores en lasque dominó, presionó y obligó al rival a defender cerca de su área. El Rayo no se amilanó y fue un digno rival que jugó cara a cara desde el prime momento, siendo un incordio para la defensa cadista y gozando de las mejores ocasiones del partido -con gol anulado por fuera de juego incluido- pero que no pudo perforar la portería de Ledesma. El encuentro tuvo más protagonismo de los duelos defensivos que otra cosa, teniendo muchas dificultades el equipo amarillo de lograr progresar en el entramado organizado por Iraola.
Con el público de principal arma, el Cádiz intentó lo que pudo en la primera parte, sin éxito. Nunca, en ningún momento, logró encontrar el juego ofensivo que se esperaba y sí se pudo ver un partido trabado con cierto dominio mayor del Rayo Vallecano. En esa línea transcurrió una primera mitad en la que Fali hizo lo que pudo -mucho y bastante- para parar a Raúl de Tomás y en la que los delanteros cadistas, otra vez en 4-4-2, no encontraron nunca la forma de ser una verdadera amenaza.
Todo cambió en la segunda mitad
Poco cambió el partido en la segunda parte, igualado todo con un Cádiz que sí movió ficha en cuanto a la posición en el campo, más adelantado y con la presión más controvertida para la defensa visitante pero sin demasiado éxito. Los abundantes centros laterales eran siempre un caramelo para la defensa rayista que sabía cómo atacar cada uno de esos balones semi frontales.
Pero poco a poco el Cádiz se fue viniendo arriba y así llegó la ocasión más clara del choque con una buena jugada individual de Guardiola que acabó con un mal disparo salvado por Dimitrievski cuando todo el estadio se relamía con el primero del partido: Una ocasión imperdonable.
La ocasión pudo animar al Cádiz pero, sin embargo, el Rayo supo volver a meter el partido en un ritmo lento y sin apenas incidencias, pausado y cortando el buen ritmo que los cadistas sí querían imponer.
Pero tuvo que ser un ex del Rayo, Sergi Guardiola, que antes había fallado una ocasión muy clara, quien pusiera el primero y definitivo en el marcador. El Cádiz aguantó y peleó con el otro fútbol, no fue capaz de matar el partido a la contra (sería la guinda a un pastel muy goloso para no sufrir) y llegó hasta el ciento y pico de partido porque así lo quiso el colegiado que alargó el encuentro dando vida a un Rayo que lo intentó sin éxito hasta el final.
Con el triunfo el Cádiz logra certificar sus buenas sensaciones en casa y los números que le sitúan en los mejores en Primera, junto a los logrados en 1988, febrero, cuando el equipo estuvo diez partidos sin perder en casa.
Ficha técnica:
Cádiz CF: Ledesma, Pacha, Fali, Luis Hernández, Iza; Escalante, Alcaraz (San Meterio 66′), Sobrino (Álex 78′), Bongonda (Alejo 73′); Guardiola (Chris 78′) y Roger Martí (Choco Lozano 66′).
Rayo Vallecano: Dimitrievski, Fran García, Catena, Lejeune, Baliu; Comesaña (51′ Unai López), Óscar (Cissé 67′), Álvaro García, Isi (A. Martín 78); RDT (Trejo 66′), Camello (Falcao 78′).
Árbitro: Muñiz Ruiz (comité gallego) que amonestó a RDT, Rubén Alcaraz, Catena (expulsado por doble amarilla en el 97′), Espino, Falcao, Escalante.
Goles: 1-0 Guardiola (74′)
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