Foto: SIERRASUR
Zahara de la Sierra ha vivido un fin de semana diferente y lleno de magia. En pleno corazón del Parque Natural Sierra de Grazalema, el festival SIERRASUR ha vuelto a demostrar por qué es uno de los eventos más queridos del otoño andaluz.
Bajo un cielo amable y un entorno de postal, el público disfrutó de música, naturaleza y actividades al aire libre. SIERRASUR ha vuelto a dejar su huella: un encuentro auténtico, familiar y sostenible, donde cada edición refuerza la conexión entre arte y medio ambiente.
A diferencia de los grandes macrofestivales del verano, SIERRASUR apuesta por un formato cercano y respetuoso. Por un lado, en su recinto natural, La Playita de Arroyomolinos, se dieron cita conciertos, talleres y actividades para todas las edades: juegos tradicionales, talleres de pintura y plantas, kayak, paddelsurf, percusión, carreras de sacos y mucho más.
Además, desde la tarde del sábado, la música fue protagonista con Elioht, JavyPablo, La Perra Blanco, Morochos, La Guardia y Miguel Campello, que hicieron bailar a un público entregado. El domingo, festivo nacional, el ritmo comenzó antes con Alan Nepa, Nya de la Rubia, Colectivo Panamera, La Jungla Band, Raule y los siempre vibrantes Aslándticos, que cerraron el festival entre luces, sonrisas y abrazos.
SIERRASUR es más que un festival: es una experiencia en plena naturaleza, donde la música convive con el aire limpio de la sierra, la gastronomía local y el espíritu de comunidad. Un evento que cuida el entorno, promueve la sostenibilidad y convierte cada edición en un regreso esperado.
El festival gaditano lo ha vuelto a conseguir: ser esa “ola de otoño perfecta” que conecta a personas, paisajes y emociones en el pulmón verde de Cádiz.

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