Después de algo más de un año hemos comenzado a volver a vernos las caras. La última modificación de la Ley de Nueva Normalidad por parte del Gobierno de España ha eliminado el carácter obligatorio del uso de mascarilla en espacios abiertos en toda la geografía nacional a partir de este pasado sábado 26 de junio.
Sin embargo, no podemos olvidar que la cuarta ola de la pandemia sigue activa. Por tanto, las medidas de protección siguen jugando un papel protagonista en diversas situaciones de nuestra cotidianidad.
La actualización de la norma dice que la mascarilla será opcional siempre y cuando se respete una distancia mínima de seguridad interpersonal de un metro y medio. Por ejemplo, en este período estival, se permitirá no portar mascarilla en la playa, en la piscina o en otras instalaciones acuáticas al aire libre. La excepción serán las aglomeraciones o situaciones que dificulten mantener la distancia de seguridad entre personas no convivientes.
Sí habrá que usar mascarilla en zonas comunes de estos espacios como vestuarios o baños, entre otros. Al igual que el año pasado, no será necesaria esta protección en el momento del baño. Pocos cambios se han producido con respecto al sector de la hostelería.
La mascarilla deberá portarse en todo momento en locales cerrados o con escasa ventilación, salvo en el momento de la consumición. En establecimientos al aire libre, como terrazas, no será necesaria si existe ese metro y medio de distancia entre consumidores no convivientes.
Festivales y parques temáticos
El verano se concibe desde el prisma del ocio, donde festivales musicales, parques de atracciones o ferias se erigen como los reyes de julio y agosto. En este tipo de eventos, el uso de mascarilla será obligatorio si provoca aglomeraciones de personas y estas permanecen de pie. Por el contrario, si se lleva a cabo con el público sentado, los asistentes podrán permanecer sin mascarilla si existe la distancia mínima de seguridad entre asientos.
Para acudir a establecimientos comerciales o para acceder al transporte público, siempre que sea espacio cerrado, la mascarilla será obligatoria. Por el contrario, si estas instalaciones cuentan con espacios al aire libre, los clientes podrán permanecer sin mascarilla si se consigue guardar el metro y medio interpersonal reglamentario.
Teniendo en cuenta estos escenarios, deberemos seguir llevando encima una mascarilla a la hora de salir a la calle para prevenir supuestas aglomeraciones callejeras o nuestro acceso a interiores. El fin de la mascarilla en espacios abiertos supone el primer paso en este nuevo viaje hacia la ‘vieja’ normalidad.
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