Había comentado el míster del Cádiz en la previa que “no nos sobra ningún partido”. Lógicamente confiaba en que los menos habituales hicieran los deberes y plantaran cara, al menos, al Atlético del Cholo Simeone pero nada más lejos de la realidad. El buen estado colchonero, de juego y confianza, fue una realidad cruda y palpable durante todo el partido, haciendo las cosas difíciles para un Cádiz que es consciente de que su guerra es otra y de que quedan cinco batallas para lograr la salvación.
Con los problemas previos, las sanciones de Sobrino, Luis Hernández y San Emeterio y el rival que había enfrente, era lógico que Sergio tirara de jugadores menos habituales y le diera descanso a hombres como Pacha Espino, Fali -con molestias- o el propio Escalante que jugó todo ante el Valencia tras un mes lesionado. Una defensa inédita con Iza, Arzamendia, Momo y Meré y Diarra y Negredo en el centro del campo y la delantera, dejaban claro que las batallas iban a librarse frente a otros cinco rivales, no los rojiblancos.
Griezmann una pesadilla
Estaba claro que la batalla del Cádiz no estaba en el Metropolitano y el equipo así lo demostró, ofreciendo muchas facilidades en defensa y poco en ataque. La primera parte fue un claro dominio rojiblanco que hizo lo que quiso y cuando quiso ante un equipo roto que poco o en nada se pareció a lo que nos tiene acostumbrados. Hay que piensa que el mensaje de Sergio aquel de “no nos sobra ningún partido” fue más para la galería que otra cosa porque su equipo poco pudo hacer ante los de Simeone.
Griezmann marcó dos y Morata pudo poner el tercero, amén de Carrasco que fue toda una pesadilla. La situación del Cádiz en ataque se limitó a alguna aventura en solitario de Negredo y a un balón parado que Momo envió al fondo de la red en un claro fuera de juego.
Poco o nada más hizo el Cádiz en la segunda, pensando en descansar para la batalla de dentro de nueve días ante el Mallorca. El partido fue un despropósito de un equipo que siempre pelea y que, al modo de lo que parece estar haciendo el Madrid, pareció tirar el partido del Metropolitano y poner todas las cestas en los cinco restantes, como si de la final de Copa o la Champions se tratase. Destacable el debut del joven De la Rosa y el tanto del Choco Lozano que, al menos, sigue dando la cara cuando juega pese a que parece tener firmado ya con el Getafe.
Nunca sabremos si el once de gala de Sergio hubiera hecho algo distinto; las sanciones y lesiones, además del deseo del míster de dar descanso -merecido y necesario- a algunos hombres lo impidieron.
La derrota es una muesca menos en el calendario, tres puntos que se esfuman y con los que nadie contaba, ni tan siquiera con emular el único empate en Liga que data del 5 de mayo de 1991 en el vetusto Calderón. Quedan cinco batallas en las que todos los jugadores estarán disponibles para jugar donde verdaderamente se disputa el descenso.
Ficha técnica:
Atlético de Madrid: Grbic, Molina (Doherty 86′), Giménez, Witsel, Hermoso, Carrasco (Correa 64′); Lemar (Reguilón 71′), De Paul, Koke; Griezmann, Morata (Barrios 71′).
Cádiz CF: Ledesma, Iza, Meré, Mbaye, Arzamendia; Diarra (Lozano 46′), Alcaraz; Alejo (De la Rosa 72′), Bongonda, Álex (José Mari 61′), Negredo (Ramos 61′.
Goles: 1-0 Griezmann, 2-0 Griezmann, 3-0 Morata, 4-0 Carrasco, 4-1 Choco, 5-1 Molina.
Árbitro: Soto Grado (castellano leonés) que amonestó a Carrasco, Lemar, Diarrá, Alejo,
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