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Sergio González I de Cádiz

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Si el Cádiz se ha salvado, gran parte del mérito es de Sergio González. El técnico catalán ha logrado sacar a flote un barco que estaba hundido en las primeras once jornadas de Liga (su única victoria llegó en sexta jornada al Real Valladolid), con cinco derrotas y cero goles a favor en los primeros cinco encuentros y ha sido capaz de llevar a los suyos a batallas épicas en los tramos decisivos y ante rivales directos (Valencia, Valladolid y Celta de Vigo) para salvar al equipo, otra vez, en la última jornada. A Sergio hay que darle lo que es del César y colocarle en lo más alto los altares venerados por el cadismo.

Sistemas utilizados

Porque con pocas herramientas hace que el coche funcione. Puede que no logre tener la regularidad deseada y que en algún momento tengas la sensación de que el vehículo te va a dejar tirado (solo ha sumado un punto en los últimos quince que ha jugado a domicilio). Pero también ha logrado que el coche se convierta en un Aston Martin -ahora que está tan de moda- cuando juega en casa. Y es que de motivación Sergio va sobrado y de mecánica también.

Este Cádiz es reconocible. Al principio se decidió por mutar el sistema táctico según jugaba en casa o fuera. Uno o dos delanteros era el factor diferencial de un equipo en el inicio que empezó a funcionar de verdad cuando se dejaron de hacer tales diferencias y se apostó por el 1-4-4-2. Y cuando empezaron a aparecer los fichajes de verano.

Planificación deficiente en verano

Porque esa es otra. A nadie se le escapa que Sergio tuvo que lidiar con una mala planificación de fichajes en verano, con jugadores como Brian Ocampo que no conocían la Liga, otros como Bongonda que llegaron sin entrenamientos en el cuerpo o también llegadas que eran una incógnita como Youba Diarrá que prácticamente no ha contado. A pesar de todo ello, mantuvo y sostuvo la moral intacta de un equipo que cree a pies juntillas en lo que dice el Comandante en Jefe del vestuario y que vive por y para las batallas que llegan partido tras partido. Y también ha logrado reinventarse, sobreponerse a lesiones graves y cuantiosas durante todo el campeonato, sin mermar la capacidad competitiva del equipo. Y eso tiene mucho mérito también.

El equipo menos goleador de La Liga

Con sus defectos, que los tendrá como todo ser humano, Sergio ha logrado hacer olvidar el pasado más reciente y glorioso de un club que volvió a acertar más y mejor en invierno con los fichajes que en verano y que sigue sin atreverse -hasta ahora- a hacerle un contrato de mayor duración que el de renovación automática por salvación. Y puede que esto no sea malo, ni mucho menos, sino una práctica que debería utilizarse más para no hipotecar a los clubes con contratos casi vitalicios innecesarios.

Pase lo que pase con su renovación, se la ha ganado a pulso, llevando al equipo a otra salvación histórica y dejando en el debe la capacidad goleadora de un equipo que ha sido el menos anotador de la categoría pero que, pese a todo, ha ganado, rentabilizando esas victorias, las batallas más duras y en los momentos decisivos como Valencia, Valladolid y Celta de Vigo en el tramo final de Liga.

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