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El ocio nocturno intenta reinventarse en su lucha por sobrevivir pese a las medidas restrictivas

Un chiringuito de la playa de la Victoria en Cádiz / PEDRO RINCÓN

El pasado mes de agosto, la Junta de Andalucía anunciaba una ampliación de las medidas restrictivas como muro de contención por la continua subida de los contagios por COVID-19.

La Consejería de Salud y Familias decretaba así más controles para los negocios de ocio nocturno. Uno de los sectores más castigados desde el comienzo de la pandemia. Y también aparentes responsables de muchos rebrotes post estado de alarma

La obligación de cerrar todos los locales, incluido la hostelería, a la 1 de la madrugada, no hizo más que agravar la situación para bares y discotecas. Los cuales ya abrían con muchas limitaciones que hacían casi imposible el servicio

El sector ha recurrido a los tribunales ante la imposibilidad casi de abrir debido a las licencias comerciales de estos locales. El presidente de España de Noche, Ramón Mas, criticaba que “no se puede cerrar un sector estratégico de este país de esta manera. Sin explicárselo a los empresarios, sin planificar su futuro, sin haber acordado absolutamente nada”.  

Sin embargo, muchos jóvenes piensan que el virus para ellos no es tan letal, pero son conscientes de que son transmisores. “Si nosotros lo cogemos, a lo mejor no nos pasa nada, pero lo malo es que contagiemos a personas de riesgo”, relata María, una estudiante de 21 años. Casi tres meses de cuarentena para muchos ha sido demasiado tiempo sin llevar una vida normal, “la gente ha cogido el verano con ganas. Y muchos no han respetado las medidas de seguridad, y en las fiestas menos”, explica la joven. 

Este tipo de locales tienen unas licencias y horarios concretos que los obligan a centrarse en un servicio determinado. Pero muchos han decidido incorporar, por ejemplo, la venta de comida a sus servicios.

El presidente de Horeca, Antonio de María, ha explicado que “la norma dice que el establecimiento que venda exclusivamente bebidas tendrá que cerrar, si vendes comida, no te afecta la orden”. 

Ante estas circunstancias, son muchos los Ayuntamientos que intentan ofrecer soluciones a estos negocios, casi al borde del colapso a causa de las medidas restrictivas. El Ayuntamiento de Jerez acaba de anunciar que permitirá cambiar la licencia de actividad de los locales de ocio nocturno para redefinir su oferta. Todo por posibilitar un aumento de la producción de cara al otoño.

La alcaldesa, Mamen Sánchez, ha lamentado “la situación que están viviendo muchas empresas de la ciudad y sus trabajadores”. Y ha mostrado su sensibilidad ante “uno de los sectores más afectados por las restricciones que ha impuesto la crisis sanitaria en Jerez”.

Hoy en día, las licencias concedidas a estos establecimientos permiten el desarrollo de actividades limitadas. Pero con la reconversión de estas, habría la posibilidad de poder ofrecer comida o extender sus horarios. De esta forma, a los empresarios les sería rentable abrir al público, ya que actualmente la hora de apertura empalma casi con la de cierre obligatorio impuesto por el Gobierno.

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