Cuando la sexta ola del coronavirus empieza a estabilizarse y remitir en la provincia de Cádiz, no podemos olvidar que las consecuencias siguen ahí y las dudas que nos generan.
La covid prolongada o persistente (también llamado síndrome poscovid) la sufren miles de personas meses después de que se recuperaran la infección. Así, la Organización Mundial de la Salud sostiene que hasta un 10% de los pacientes que han pasado la COVID-19 sufrirán el síndrome.
Y es que el impacto del COVID-19 puede ir más allá y en ocasiones una vez superada la infección, la salud neurológica de los pacientes sigue estando afectada y no corresponden con ningún diagnóstico alternativo.
En la 73ª Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), que se realizó del 23 de noviembre hasta el 2 de diciembre de 2021, se presentaron numerosas conclusiones sobre el impacto que está teniendo la pandemia en los españoles. Y el síndrome poscovid ya supone más de un 3% de las nuevas consultas en los servicios de neurología.
Entre los síntomas más comunes que persisten son la fatiga crónica, cefaleas, problemas de memoria, de atención y de las funciones ejecutivas. La cefalea es el más frecuente en pacientes que han pasado la enfermedad. Alrededor de un 30 por ciento de los pacientes experimentan un tipo de dolor de cabeza muy específico y asociado al virus.
Otro caso. La disnea, con oximetría, exploración radiológica y funcional respiratoria normal, con frecuencia asociada con tos y dolor torácico inespecífico, es una característica y prolongada en el tiempo.
Pero, ¿por qué ciertas personas pasan por ello y otras no?
Para empezar, médicos, investigadores y grupos dirigidos por pacientes advierten que tener una enfermedad inicial más leve, por ejemplo, debido a la variante ómicron, no significa que las probabilidades de padecer covid prolongada sean menores. Puede afectar a cualquier persona, independientemente de la edad y de la gravedad de la infección.
Igualmente, algunos investigadores afirman también que podría tener lógica científica que las vacunas pudieran aliviar los síntomas en algunas personas que ya tienen covid prolongada, pero respecto a si pueden evitar el síndrome poscovid, los estudios todavía son contradictorios.
Un estudio publicado la semana pasada en la revista Cell descubrió algunos factores que podrían estar relacionados con un mayor riesgo de manifestar síntomas duraderos semanas después de haber superado el virus.
Uno de ellos es, por ejemplo y según este estudio, la presencia de ciertos autoanticuerpos. Uno de los factores de mayor importancia. Estos son lo que de manera equivocada atacan tejidos del cuerpo. Este tipo de reacción también se produce en enfermedades como el lupus o la artritis reumatoide. Pero, cuanto más rápido se pueda eliminar al virus, es menos probable que se produzca un padecimiento persistente o la autoinmunidad. Algo que podría fomentar o minimizar esta covid prolongada.
Otro punto clave, tener diabetes tipo 2. Podría resultar que la diabetes sea claramente una de varias enfermedades que incrementan el riesgo de padecer covid prolongada.
A pesar de los avances, no se dispone hasta ahora de un tratamiento específico para estos pacientes. El tratamiento en general es sintomático. Y un dato más, estas investigaciones ponen el acento en la importancia de realizar mediciones al principio de la enfermedad para determinar cómo tratar a los pacientes. La prevención es clave.
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